La norma en estos días es clara. Hay que quedarse en casa. Pero ¿qué pasa si no tienes casa? Ese es el caso de las personas sin hogar. La consigna marcada en el país para prevenir casos de coronavirus se convierte estas semanas en una dificultad añadida para aquellos que habitualmente no tienen dónde refugiarse y entran dentro de los colectivos más desprotegidos frente a la crisis sanitaria. Si ya eran vulnerables ahora, en una situación sin precedentes, el riesgo para todos ellos se multiplica. Las cifras oficiales estiman que en el país hay 30.000 personas sin techo aunque Cáritas eleva la cifra a más de 40.000. En Extremadura, las cifras de 2018 calculan que alrededor de 200 personas sin hogar se alojaron en los centros habilitados a lo largo del año. Por este motivo, instituciones y colectivos sociales movilizan estos días sus recursos para poder ofrecer garantías de alojamiento e improvisan en edificios albergues temporales.

La Junta de Extremadura cuenta con ocho centros de acogida con 287 plazas. La mayoría están coordinados por Cáritas Diocesana, entre ellos, el centro Vida de Cáceres, que han adaptado sus medios a la situación de alarma. En declaraciones a este diario, Lucía Borrella, educadora social del centro apunta que la primera medida ha sido limitar el tránsito para cumplir los protocolos de la cuarentena dentro del edificio. En ese sentido, prolongarán la estancia de los usuarios para que una vez que entren permanezcan en las instalaciones. Trabajadores como psicólogos y monitores trabajan ya desde casa, los proveedores dejan los productos en la puerta y en el edificio hay una profesional que sirve de enlace y se encarga de la compra de productos de necesidad para los usuarios. Detalla también que en el edificio, junto a la estación de Renfe y con capacidad para 16 personas, han habilitado dos camas en habitaciones individuales en el caso en el que se produzca algún contagio puesto que la mayoría de los usuarios suman factores de riesgo añadidos como enfermedades crónicas. En cualquier caso, expone que la prioridad ahora es habilitar centros de día y no solo los habilitados para que los sintecho puedan pernoctar. «Urgen los albergues de día, no hay sitio», apostilla.

Precisamente, sobre esta problemática se pronunciaron esta semana instituciones como el ayuntamiento de Cáceres que habilita el edificio Valhondo para ofrecer una alternativa de alojamiento durante el día y aumentar el número de plazas disponible para personas sin hogar. «La intención es no dejar tirado a nadie, especialmente a los más débiles», señaló el alcalde, Luis Salaya, tras el anuncio. El ayuntamiento de Plasencia también anunció que ha habilitado el pabellón del recinto ferial El Berrocal para las personas sin hogar que se encuentran en la ciudad y no estaban alojadas en el centro de Cáritas. Habrá diez camas y mantas de Protección Civil. De manera paralela, la Policía Local trabaja para localizar a ‘sin techo’ para controlar su ubicación y facilitar su traslado al pabellón.

ENTREGA DE ALIMENTOS // Por su parte, Cruz Roja mantendrá también el procedimiento con personas sin hogar que sigue habitualmente para cubrir las necesidades básicas y facilitará ropa de abrigo (mantas) y alimentos. En este sentido, el colectivo será el encargado de llevar a cabo la cobertura de las necesidades básicas de alimentación de más de 1.500 menores de familias sin recursos de Extremadura y de momento hasta el 30 de marzo (con opción a prórroga en función de cómo evolucione el virus), establece puntos de distribución de kits de comida individualizados para su posterior entrega a cada uno de los domicilios. Así, más de doscientos voluntarios se han movilizado en toda la región para habilitar los puntos de entrega y para facilitar que todas las personas en situación de riesgo tengan cubierta la alimentación. «Vienen a recoger los kits de alimentación que estamos proporcionando a familias sin recursos y niños pequeños que comían en los comedores de los colegios y al estar cerrados pues trabajamos para que no les falte de nada», destaca en declaraciones a Cruz Roja Jennifer Pajuelo, una voluntaria extremeña. Lo hacen con las medidas de seguridad necesarias, para llegar a aquellas personas más vulnerables que se vean afectadas por la situación de contingencia provocada por el coronavirus.