LLega con el coche al aparcamiento del centro de salud, sin salir del vehículo el conductor baja un poco la ventanilla y personal sanitario suficientemente protegido toma muestras con un bastoncillo de la nariz del paciente, con las que se podrá comprobar si es positivo en coronavirus. El procedimiento es rápido, pues requiere apenas 10 minutos por persona, y además permite ahorrar recursos, ya que el médico y el enfermero que recogen las pruebas no tienen que cambiarse y desechar el equipo de protección individual (EPI) cada vez que realizan una toma, como ocurre en las visitas domiciliarias, teniendo encuenta además la escasez de este tipo de material.

El consejero de Sanidad, José María Vergeles, confirmó ayer que ya se estaba realizando la toma de muestras desde vehículos en Badajoz y en Cáceres, un sistema que se inició en hospitales de Galicia y con anterioridad en otros países.

El centro de salud de Valdepasillas, en Badajoz, tiene un protocolo muy definido sobre el procedimiento. Este diario fue testigo ayer de cómo se realiza esta toma de pruebas e impresionan las precauciones del personal sanitario, que no escatima en embadurnar de hidroalcohol manos y pies, así como el orden estricto con el que son atendidos los pacientes, citados previamente para someterse a esta prueba. Para el coordinador de este centro de salud, Carlos López Beráldez, son todo ventajas. «Estamos muy satisfechos, y la gente también, porque supone un gran avance», defiende.

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No todo al que se le antoje puede acudir a su centro de salud para comprobar si está infectado. Esta prueba se realiza a personal sanitario y otros profesionales considerados esenciales, colectivos vulnerables con factores de riesgo, patologías o personas mayores, que presenten síntomas leves o hayan estado en contacto estrecho con algún enfermo con sospechas fundadas de un posible contagio. No puede hacerse a personas con síntomas más severos, que sufra fatigas por ejemplo. Como requisito indispensable debe contar con coche, propio o de alguien con el que conviva que pueda trasladarlo y, en este caso, se coloca en el asiento posterior en diagonal al conductor. En este centro de salud no se recogen muestras a personas que acudan a pie, por el riesgo de contagio que representan en el trayecto desde su vivienda.

Los pacientes que se pueden someter a la prueba pasan a depender de la sección de Salud Pública y Epidemiología, que se encarga de llamarlos, preguntarles si tienen síntomas, les piden consentimiento y les dan cita. Al centro de salud llegan pacientes por varias vías: porque han llamado al 112 y pasan a Salud Pública, que les envía un listado, o bien han llamado a su médico porque presentan síntomas. En Valdepasillas realizaron ayer 12 tomas, pero en el centro de salud calculan que en una mañana se pueden recoger hasta 30, cuando con las visitas domiciliarias no llegan ni a la tercera parte (siete y ocho), teniendo en cuenta la distancia de muchos domicilios situados a kilómetros. Es el caso de los pacientes que vivan en Campopino, una urbanización de la carretera de Valverde, o los vecinos del Corazón de Jesús, en la de Olivenza. Algunos días han recibido hasta 26 avisos y han necesitado un segundo coche para poder atenderlos. Ha habido jornadas con tres médicos y tres enfermeros fuera del centro de salud recogiendo muestras en domicilios, donde como mínimo invierten una hora, «y no pueden realizar otro tipo de labores asistenciales».

Antes de realizar las pruebas, al comenzar la jornada, se prepara todo el material de las personas que van a acudir esa mañana con el coche, con toda la documentación y las instrucciones envueltas en plásticos que se van a llevar, incluida la posible baja laboral y las mascarillas que les facilitan para minimizar el contagio. Todo se lleva al aparcamiento del centro de salud. El vigilante de seguridad va dando entrada a cada coche, de uno en uno. El médico y la enfermera salen con su EPI. La única prenda que se cambian son los guantes por si entran en contacto con el paciente. El bastoncillo se introduce en la nariz «profundamente» y en ese momento el usuario tiene la mascarilla tapándole la boca. La muestra se etiqueta y se envía al laboratorio, donde en unas horas están los resultados. «Esto supone un beneficio en tiempo para los profesionales, que nos podemos dedicar a otras cosas, facilidad para el paciente y ahorro de medios», recalca Carlos López. Cuando lleguen los tests rápidos estos tiempos se acortarán aún más porque los resultados se obtendrán antes. Como dice el coordinador de Valdepasillas: «estamos viviendo en el día a día, con cambios constantes, porque todo es nuevo».