“En los medios de comunicación solamente destacan los casos de residencias de mayores que tienen abuelos contagiados de covid-19, pero en la mayoría de los centros de mayores, todos se encuentran bien de salud”. De esta manera explica Milagros Delgado, responsable de la empresa Serycuma, que gestiona los pisos tutelados de Monesterio, la situación actual de este centro asistencial, que como muchos otros, “afortunadamente”, están volcados en el cuidado de los mayores residentes.

El centro, que para evitar contagios, mantiene restringidas las visitas externas, mantiene “diariamente” contacto telefónico con los responsables sanitarios de la localidad. “Cada día les damos el parte oficial de la salud de nuestros internos”, explica Milagros, “se interesan por el estado de salud de cada uno de nuestros usuarios de los trabajadores”, pero como “afortunadamente todos estamos bien”, hasta el momento no se ha hecho necesaria la visita de los equipos médicos del Centro de Salud hasta los pisos tutelados.

Estado anímico

Estado anímicoMientras que los usuarios están llevando esta crisis sanitaria “casi con total normalidad”, entre el colectivo de cuidadoras, “lo llevamos regular”·. Entre los mayores hay de todo: “quién se entera, quién no se entera, y sobre todo quienes no quieren enterarse realmente de lo que está sucediendo”, cuenta Milagros Delgado. Las cuidadoras, conscientes de la realidad y de la gravedad de la pandemia, “nos volcamos con nuestro trabajo, aunque con ciertas inseguridades”, pues, aunque “hacemos todo lo que está en nuestras manos y más”, muchas veces “pensamos si no podríamos hacer algo más”.

El día a día de los usuarios sigue siendo el mismo, eso sí, “sin ningún tipo de salida al exterior”, para lo cual, las cuidadoras se reinventan para tener “entretenidos, activos y ocupados” a los usuarios a lo largo del día. En cuanto a los familiares, --consecuentes con la situación y las medidas tomadas--, “los quieren ver y quieren saber cómo están”. En este sentido, se hace más necesaria que nunca la comunicación telefónica, y los vídeos, esos que graban con sus móviles las cuidadoras de los mayores, y que cada día envían a sus familiares.