Los pueblos se blindan. «Es doloroso tener que decirles a nuestros vecinos que residen fuera que no vengan al pueblo, pero tenemos mucha población mayor y nuestro deber es protegerlos. Por ahora no tenemos ningún infectado por coronavirus en el pueblo y queremos mantener esta situación en la medida de lo posible, por eso tenemos que tomar las medidas necesarias», cuenta Tina Rodríguez, la alcaldesa de Fregenal de la Sierra.

El domingo emitió un bando para avisar de que no iban a permitir la llegada de vecinos que no viven habitualmente en este municipio pacense de 4.900 habitantes. Lo hizo después de que detectaran que las casas habitualmente vacías volvían a llenarse de gente en plena cuarentena. «Desde que se publicó el real decreto del Gobierno, hemos detectado sobre todo en el centro de salud y en la farmacia, a través de la tarjeta sanitaria, que había mucha gente que había venido al pueblo a sus segundas residencias». Son fundamentalmente residentes en Madrid, Sevilla y Huelva que tienen algún vínculo con el municipio y pasan fines de semana o vacaciones en él.

Bando municipal de Fregenal de la Sierra.

El bando municipal recuerda la prohibición de viajar a las segundas residencias que viene recogida en el real decreto del estado de alarma y advierte a esa gente que ha venido al pueblo que debe volver a su localidad de origen o, en todo caso, si se quedan en el pueblo, «hacer la cuarentena durante 20 días sin salir de casa absolutamente para nada». La alcaldesa avisa que incumplir estas medidas lleva aparejada una sanción y que las fuerzas de seguridad estarán muy vigilantes, tanto a los que vienen como a los que salen de sus hogares. «No tenemos controles en la entrada del pueblo, pero aquí al final nos conocemos todos y los vecinos saben si viene alguien de fuera o no. La movilidad de personas en estos momentos es preocupante y hay que hacer un ejercicio extra de responsabilidad de todos».

La alcaldesa reconoce que desde que se lanzó el bando no les consta que alguien haya venido de fuera, como sí ocurrió en los primeros días tras la alerta, pero aún así reforzarán las medidas de protección y seguridad especialmente de cara al fin de semana. «Al final, por desgracia, lo que más le duele a la gente es que le toquen el bolsillo, así que si se incumplen las medidas habrá multas, no queda otra».

CONTRADICTORIO / Afrontar esta situación, dice Tina, no está siendo fácil: «Tengo un sentimiento contradictorio porque es gente que al fin y al cabo convive con nosotros, vienen a las fiestas, en verano, se sienten igual de frexnenses que nosotros, pero mi obligación como alcaldesa es acotar y proteger a nuestros mayores y a nuestra población, que estén lo más aislados posibles y ha sido una medida dura, pero la hemos tenido que tomar».

No es la única que se aplica en este municipio para proteger a sus vecinos. También cuenta con un servicio de voluntarios que llevan comida y medicinas a toda la gente que lo necesita. Las últimas decisiones adoptadas: suspender la recogida de enseres y residuos voluminosos y también el reparto de pan a domicilio por orden de la inspección sanitaria.

Y tampoco es Fregenal de la Sierra es el único pueblo extremeño que se ha puesto serio con sus vecinos que viven en el exterior. En Villamiel, en la comarca de Sierra de Gata, también se ha emitido un escrito en el mismo sentido. «No es una medida que se haya inventado el ayuntamiento, es que es una prohibición establecida en el decreto nacional: los desplazamientos a segundas residencias están prohibidos», sentencia la teniente de alcalde, Alba Baile, molesta porque asegura que se está intentando politizar este tema.

Escrito del Ayuntamiento de Villamiel.

PREGUNTAS / «El ayuntamiento no tiene potestad para prohibirle la entrada al pueblo a nadie, nosotros no somos una república independiente, lo que hacemos es advertir a los vecinos sobre lo que dice el real decreto de estado de alarma», insiste. Reconoce que hay gente de fuera que les ha llamado preguntando si podían venir al pueblo y que apenas son tres personas las que se han instalado en la localidad en las últimas semanas, todas antes de decretarse el estado de alarma. «Aquí está la situación bajo control y estamos siguiendo los protocolos que nos han marcado a rajatabla». Baile señala que los vecinos «se están comportando de una manera ejemplar. No tenemos ningún positivo y queremos seguir así».

Hay más pueblos blindándose del exterior. El Ayuntamiento de Mengabril publicó el lunes un decreto municipal tajante: «Queda totalmente prohibida la entrada de personas al municipio que vengan de otras localidades y comunidades aunque dispongan aquí de su segunda residencia, excepto las que vengan ida y vuelta todos los días por cuestiones de trabajo que lo demostrarán con un documento sellado y firmado por la empresa», reza el alcalde Lorenzo Garrido. Advierte de que los vecinos que tengan constancia de que esta norma se incumple, tienen la obligación de comunicarlo al ayuntamiento o a la policía. Y más de lo mismo en Orellana de la Sierra. El alcalde, Alberto Nieto, dice que enviará a la Guardia Civil «a todo aquel que se venga al pueblo» para que verifique si el viaje está justificado, informa Efe.