Un estudio de la Universidad de Valencia y la Fundación Mapfre concluye que en torno a un 15% de los adolescentes hacen un uso excesivo de las nuevas tecnologías y un 2,5% están patológicamente enganchados, una adicción que podría haber ido a más durante el confinamiento, momento en el que internet y el móvil se convirtieron en las únicas herramientas para mantener el contacto exterior.

De hecho, muchos padres se han visto obligados a comprar ordenadores o tablets a sus hijos para hacer los deberes online y ante la imposibilidad de atenderlos todo el día y al mismo tiempo teletrabajar, los niños y adolescentes se han pasado horas pegados a las pantallas, lo que les podría haber generado una adicción, según alerta Mariano Chóliz, investigador de la unidad de juego y adicciones tecnológicas de la Universidad de Valencia y coautor del informe Detección temprana y prevención de adicciones tecnológicas en adolescentes. «Es probable que haya nuevos casos de adicción, que se hayan agravado las existentes y que la edad de inicio también haya bajado, habrá que estar atentos a cómo evoluciona el problema», advierte.

De momento, la investigación presentada, realizada antes del confinamiento con 2.808 estudiantes de entre 11 y 20 años, muestra que el móvil se ha convertido en el principal «objeto de deseo» de los adolescentes españoles, sobre todo entre las chicas, de las cuales un 8,2% padecen adicción frente al 3,2% de los chicos. Y un 24% (frente al 12%) muestra conductas de riesgo.

Lo mismo sucede con las redes sociales, donde un 25% de las encuestadas están a punto de estar patológicamente enganchadas y un 8,9% ya presentan un problema de adicción, frente al 13% y 4% en los chicos. Y es que las adolescentes muestran una mayor preocupación por estar activas en las redes permanentemente y el estado de ánimo de muchas de ellas puede verse modificado en función de la cantidad de likes obtenidos.

APUESTAS Y VIDEOJUEGOS / Por otro lado, el juego -apuestas o videojuegos- es una actividad predominantemente masculina y más adictiva que el juego tradicional, según el estudio, lo que hace que los adolescentes sean más vulnerables a desarrollar una adicción. El 18,3% de los jóvenes, frente al 2,2% de las chicas, practica el juego online como forma de ocio y para establecer relaciones sociales. En cuanto a los videojuegos, los frecuentan el 17% de los adolescentes de sexo masculino porque les permite demostrar habilidades de estrategia, en detrimento de otras actividades lúdicas necesarias para su desarrollo y maduración óptima.

Para hacer frente a estos problemas, el estudio aconseja marcar un horario semanal al que se puede jugar y establecer varios momentos al día para revisar el Whatsapp y las redes sociales, silenciando las notificaciones durante las horas de estudio o los encuentros familiares.