El aumento de contagios en Cataluña y Aragón, donde se está produciendo transmisión comunitaria -casos que los servicios de rastreo no pueden asociar a focos concretos- al menos en Lleida, Barcelona, L’Hospitalet y Zaragoza ha provocado que el número de infectados diarios en toda España se dispare a 580 casos (266 en Aragón y 142 en Cataluña), lo que convierte a este jueves en la jornada con más infectados notificados desde que decayó el estado de alarma. Según el balance publicado por el Ministerio de Sanidad, hay que remontarse al 10 de mayo para encontrar un cómputo superior.

Ante ello, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ha reconocido que la situación en Cataluñya y Aragón es «complicada y preocupante», si bien ha considerado que si la población sigue las restricciones impuestas por ambas comunidades el problema se «controlará». Si bien, si hay «pequeños grupos que no respetan las medidas de control», con toda probabilidad «se alargará», según ha avisado. Ante ello, Simón se ha mostrado partidario de que en ambas comunidades se incrementen los equipos de rastreadores de los contactos de cada uno de los infectados diagnosticados.

El aumento de la transmisión se traduce también en un crecimiento de los brotes activos. Si el lunes había 120, este jueves había 158, pero afectan a menos personas, 1.973 frente a 2.139 hace tres días. Todas las autonomías han notificado brotes y el 49% están asociados a núcleos familiares y un 10% a los temporeros.

Temporeros y jóvenes / No obstante, aunque el volumen de contagios se sea similar al de primeros de mayo, lo positivo es que ahora se detectan casi todos los casos, lo que implica mejor aislamiento y menos posibilidades de transmisión. Además el 70% son asintomáticos y la media de edad ha bajado, de 62 años en el periodo de máxima tensión a 46 años en hombres y 50 años en mujeres, dado que los colectivos más afectados en la actualidad son los temporeros y jóvenes que se contagian en ambientes festivos y nocturnos. Por ello, la situación en los hospitales «sigue yendo a la baja», si bien, se están observando «cuadros en la UCI de personas más jóvenes» que hace unos meses.

De hecho, Simón ha reconocido que lo que «más preocupa» ahora al Ministerio de Sanidad son los brotes en ambientes de ocio porque pueden implicar a personas de múltiples lugares y generan una «transmisión difusa» y difícil de controlar. En cuanto a los temporeros, ha avisado que hay una «alta probabilidad» de que haya «pequeños brotes» asociados a estos trabajadores «durante todo el verano».

El caso de Aragón / La transmisión comunitaria del coronavirus ha llevado a Zaragoza al borde del confinamiento. El departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón decidió ayer por la tarde limitar la movilidad en la capital aragonesa y su área metropolitana para tratar de frenar la expansión del virus. Una decisión que, de momento, se queda en «recomendación» para los ciudadanos y se sostiene en la «responsabilidad individual» de cada uno. Pero, de no dar resultados, la recomendación podría convertirse en un confinamiento estricto. Ya lo avisó la consejera de Sanidad, Sira Repollés: ante una «situación dinámica», las respuestas también lo serán, y se adaptarán a la evolución de la pandemia. Pero los datos no son optimistas. «Vienen días complicados», dijo el director general de Salud Pública, Francisco Javier Falo. No se espera que los efectos de estas restricciones se reflejen en la curva de contagios hasta dentro de una semana.

La comunidad registró ayer 272 nuevos contagios --el triple que el martes-- y las autoridades sanitarias tienen la certeza de que hay transmisión comunitaria en la capital aragonesa. Y aunque el de Zaragoza no es un confinamiento estricto como el decretado en Lérida o L’Hospitalet, en Cataluña, busca «los mismos efectos». Si no se consiguen, Sanidad seguirá endureciendo las medidas. También ayer se decretó el retroceso a fase 2 «flexibilizada» en Barbastro, tras detectarse 20 casos en un día. Todo ello el mismo día en el que el Ejército de Tierra desplegó su ayuda para atajar el brote de Albalate de Cinca.

«Ahora somos capaces de controlar la mayoría de los casos, pero si no limitamos nuestros movimientos, se podría producir un incremento mucho más agudo de los casos y una diseminación, que no es lo deseable», subrayó Repollés. «Los datos no son buenos, pero no estamos en la situación de meses anteriores. La gran mayoría de contagiados son personas jóvenes y asintomáticas, tenemos un control epidemiológico sobre los contactos, no hay estrés en el sistema sanitario ni en las ucis ni en urgencias, aunque aquí sí hay un pequeño incremento», explicó la consejera.

En la capital aragonesa se han detectado varios focos de contagio. «Hay mucha transmisión familiar, lo que permite identificar los contactos con facilidad, pero también un porcentaje importante de casos que proceden del ámbito del ocio y las relaciones personales», resumió el responsable de Salud Pública. Por eso el ocio es uno de los sectores a los que se mira con lupa. Especialmente, en los botellones. De hecho, desde la pasada noche las patrullas de la Policía Nacional y local controlan las zonas frecuentadas por jóvenes para el consumo de alcohol con el objetivo de disolver estas reuniones y velar por el cumplimiento de la normativa. El alcalde Jorge Azcón ya avisó de que los incumplimientos se atajarían con multas.

Las recomendación de las restricciones de movimientos llegó en jueves, precisamente, para minimizar las escapadas de fin de semana. «Si la pregunta es si puedo ir a Tramacastilla desde Zaragoza, la respuesta es que, mejor, quédate en casa», zanjó la consejera. Y recordó que también deben limitarse los movimientos por las calles de la ciudad «a lo estrictamente necesario». E insistió: «controlar el virus es un problema de todos que solo superaremos juntos», informa Laura Carnicero.

Marcha atrás en Barcelona / Con la segunda oleada de la pandemia de coronavirus llamando a la puerta y con Lleida y el Segrià reconfinadas, Barcelona y parte de su área metropolitana se preparan para dar una marcha atrás con el objetivo de controlar el incremento de contagios. Tanto la Consejería de Salut como el ayuntamiento tienen asumido que habrá que tomar diversas medidas para restringir las reuniones masivas y las actividades de ocio, similares a la fase 2 del estado de alarma, informa Beatriz Pérez

Estas medidas de control se sumarían a la contratación de unos 500 «gestores» del covid-19, anunciada ayer por la Generalitat. Esta nueva figura para la detección de los contactos de casos trabajará en los centros de atención primaria (CAP). Su cometido será atender a las personas sospechosas de coronavirus, ofrecer información y ayudar a establecer sus contactos rápidamente.

Cataluña contabilizó ayer 1.293 nuevos contagios y cuatro muertes más con respecto al día anterior. La situación es realmente preocupante y, de hecho, la consellera de Salut, Alba Vergés, no descarta suspender la Diada de Sant Jordi, prevista para el próximo 23 de julio. «Hemos de valorar [si se cancela] y también las medidas que se aplicarían en Barcelona si se celebra», dijo.

El dispositivo de seguimiento de los casos covid-19 de Salut ha sido muy criticado por expertos e incluso por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, al considerar que los 120 scouts (o exploradores, a veces llamados rastreadores,) que trabajan en él (personas que siguen a los contactos de los positivos) son insuficientes. Ayer, Vergés intentó salir al paso con la presentación de la nueva figura.