Más de 200 mayores de residencias de la Comunidad de Madrid y que ya han sido completamente vacunados contra el coronavirus han vuelto este miércoles al teatro en una función especial organizada en el Teatro EDP Gran Vía.

De esta forma, mayores de diferentes residencias han podido realizar su primera salida, después de casi un año, para ver un monólogo del humorista Santi Rodríguez y tras la puesta en marcha del protocolo de flexibilización de salidas, según ha informado EDP en un comunicado.

Desde EDP España, han señalado que querían celebrar el segundo aniversario del Teatro "de una manera especial". "No se nos ocurría mejor forma de llevar a cabo esta celebración que ofreciéndoles la oportunidad de disfrutar de la cultura a aquellos que más han sufrido durante la pandemia", han trasladado.

Con las uñas pintadas, el pelo peinado cuidadosamente y su abrigo de piel, Milagro Fernández, de 98 años y que superó el covid la pasada primavera, llega al salón de su residencia, Orpea Buenavista de Madrid, entre aplausos, sale y se sube a un minibús con otros tres compañeros, Antonio Alonso, de 87 años, Concha Martínez, de 90, y José Tellez, de 92 años.

Un año sin haber podido abandonar la residencia. Un año sin ver Madrid y sus concurridas calles.

"Un duelo" que aún no acaba

Laura Egea, la directora dice que le habría encantado acompañarlos. La primera ola se cebó con el establecimiento. Egea se enjuga algunas lágrimas cuando recuerda las "decenas" de residentes, de una población de 180, que no sobrevivieron. "Un duelo" que aún no acaba.

En el minibús, no paran de hablar. Una señala la peluquería a la que solía ir, otro recomienda restaurantes, un tercero va dando indicaciones al conductor.

Frente al teatro EDP Gran Vía, decenas de otros minibuses ya están estacionados. Con precaución, van descendiendo las cabezas de pelo cano.

El Teatro EDP Gran Vía transforma "la energía de las personas en energía eléctrica" para una causa solidaria. Así, los sonidos producidos por las emociones de las personas mayores que han asistido a la función (como aplausos, vítores o risas) han sido captados por un sistema que recoge las vibraciones en decibelios y los ha convertido en kWh para donarlos a la oenegé Adopta un abuelo.

Concretamente, la donación se ha destinado a 60 becas para niños y adolescentes de colegios públicos que participarán en el programa de acompañamiento de 20 personas mayores de residencias a través de cartas, charlas y videollamadas.