Una semana después de la gravísima cornada sufrida en el Palacio de Vistalegre de Madrid, el novillero extremeño Manuel Perera ya se encuentra en casa. El joven diestro ha recibido hoy el alta hospitalaria en la clínica Nuestra Señora del Rosario y ha abandonado el centro sanitario acompañado de su apoderado el matador de toros Juan José Padilla.

Según recoge la agencia Efe, el extremeño ha dado las gracias a los sanitarios que le han atendido durante estos siete días: "Gracias al doctor Crespo por salvarme la vida en la plaza, gracias también el doctor Muñoz Calero que me ha llevado el seguimiento en el hospital, a todas las enfermeras y personal sanitario de este centro y a los aficionados también por tantas muestras de cariño que he recibido durante estos días".

El novillero viajará hoy mismo a su domicilio de Villanueva del Fresno (Badajoz) para proseguir la recuperación, que se prevé larga por los destrozos musculares causados por la cornada en el vientre que le asestó un novillo de la ganadería de El Freixo, cuando toreaba en la alternativa Feria de San Isidro.

El puntazo sucedió al entrar a matar, momento en el que el novillero no se salió de la suerte y se volcó directamente sobre los pitones del astado, uno de los cuales penetró en el vientre, hiriéndole de suma gravedad.

En la enfermería fue intervenido de "cornada en fosa iliaca izquierda con un trayecto ascendente y hacia afuera de unos 30 centímetros que desgarra musculatura de pared abdominal; otro trayecto hacia arriba y adentro que penetra en cavidad peritoneal con evisceración de asas intestinales y arrancamiento de epiplón alcanzando una extensión de 40 centímetro. Pronóstico muy grave".