Desde la experiencia de ir a la tienda a comprar un juguete hasta el gesto de decorar una habitación. “Todo fomenta unas expectativas entre niños y niñas” que invita a que “los niños sean valientes y las niñas modosas”, tal y como apunta Mercedes Hernández, directora del colegio British Council y asesora en materia educativa en el Reino Unido y en España, en el proyecto WomenEd. Una red internacional de educadoras que busca fomentar un mayor liderazgo profesional de las mujeres mediante las conexiones entre ellas para compartir conocimientos y recursos. 

En todo este contexto, la asesora tiene muy presente la franja entre los 5 y 7 años, a la que apuntan algunos estudios, como línea roja a partir de la cual comienzan a fraguarse las desigualdades entre los dos géneros. Algo que, por supuesto, impacta en las aspiraciones profesionales de las mujeres y que obliga desde los colegios a intentar, “de manera muy proactiva, evitar esos roles y frases que a veces se dicen sin pensar”.

"Que una niña diga que no es buena en Matemáticas se considera que es algo aceptable, pero si lo dice un niño, seguramente se le contesta que se le va a ayudar (para revertir esa situación) (...). Las niñas aprenden, en cambio, que es aceptable que no sean buenas", observa la experta. Sin embargo, a la hora de exigir perfeccionismo, aunque “se puede encontrar en ambos géneros”, el punto de mira se dirige más hacia ellas: “El hacer las cosas con cuidado, el prestar atención a la presentación es algo con lo que se les premia a las niñas”. Mientras que en ellos se valora más “la valentía y aceptar retos”. 

Escucha"Mercedes Hernández (British Council School): "A los niños se les premia por aceptar retos; a las niñas, por ser perfeccionistas"" en Spreaker.

En cuanto a los dotes de liderazgo que “se notan desde edades muy tempranas”, Mercedes Hernández cree que “desde los 3 o 4 años empiezan a disfrutar de tener el control y la responsabilidad”, aunque eso no signifique que con el paso del tiempo sigan ejerciendo como líderes. “A veces en esos momentos de transición de infantil a primaria, los niños tienen un momento de inseguridad que, a menos que refuerces esas capacidades de liderazgo adquieren una actitud mucho más sumisa, aceptan sin cuestionar y quizá son más reticentes a levantar la mano y ser el voluntario que organice las actividades”.

Un grupo de niños en una escuela.

En todo este entramado educativo cree que “cada colegio y cada profesor es un mundo. En estos momentos las leyes son un paraguas bajo el cual existen prácticas extraordinarias con un empeño de parte de los profesores de crear oportunidades, de hacer que las aulas sean un espacio seguro donde niños y niñas puedan crecer y ser adultos responsables, con criterio…”. La figura del maestro se convierte en una pieza clave y en el “punto de referencia de los niños”.

No obstante, el respeto innato que tradicionalmente existía por este tipo de profesiones “ya no existe. Es algo que uno se gana a través del trabajo diario. Todos estamos tan informados. Todos tenemos tanto acceso a todos los estudios y todo lo que hay en las redes y a veces creemos que sabemos más que aquellos que se han formado para hacer una labor. Quizá la manera en que esas opiniones divergentes se expresan se puede considerar una falta de respeto o quizá una falta de muestra de autoridad”, argumenta Hernández.

Mercedes Hernández, habla además de los deberes, los exámenes, la idoneidad de repetir curso… Puedes escucharla, en clave podcast, en la tribuna de Woman Business. Un espacio, conducido por la periodista Fátima Iglesias, que está dedicado a las mujeres más influyentes de nuestro país en sectores tan dispares como la tecnología, el turismo, la medicina, la banca o la inteligencia artificial.

#WomanBusiness, la gran apuesta por el liderazgo y el talento en clave femenina.

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