La fajana que comenzó a formarse en el litoral palmero el día 28 de septiembre corre peligro de derrumbe. Si la lava que emana del volcán de la Cumbre Vieja sigue avanzando hacia cotas más profundas del océano Atlántico se podría producir un colapso en el frente del delta, que iría acompañado de la liberación brusca de gases, con explosiones hidromagmáticas y olas. La fajana, que ya ocupa unas 40 hectáreas y sigue alimentándose desde varios lóbulos de la colada, ha alcanzado el límite de la plataforma insular, por lo que es probable que al continuar con su camino pierda la base sobre la que se está expandiendo y se desplome. A poco más de un kilómetro del nuevo delta lávico se está depositando el material magmático que transcurre de forma paralela a la colada principal y que cae sobre El Charcón, en la fajana que se formó en 1949 con la erupción el volcán de San Juan. Ese terreno ganado al mar hace 72 años se convirtió en una de las zonas más fructíferas para el cultivo del plátano en el Archipiélago.

El avance inescrutable de las lenguas de lava ha arrasado 471,8 hectáreas de la cara oeste de La Palma, lo que supone el 0,66% de la superficie de la isla. Al bifurcase la colada por el flanco sur de la montaña de Todoque el fluido volcánico caminó con rapidez hacia el litoral y en solo 24 horas devoró 40,6 hectáreas. Según apuntó el director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, la lengua principal «está rellenando huecos y busca pequeñas cuencas», por lo que no se descarta que el magma acabe cubriendo la superficie que la separa del apéndice.

La nueva ruta que ha tomado la lava ha afectado especialmente a las fincas agrícolas de la zona. Las últimas mediciones indican que hay 120 hectáreas de cultivos afectadas, de las cuales 59,39 son plataneras, 33,43 viñedos y 7,36 aguacates. La red viaria de isla también ha sufrido numerosos daños, ya que han quedado bajo la lava 26,4 kilómetros de carretera, de los que 5,6 están en el municipio de El Paso, 17,1 en Los Llanos y 3,7 en Tazacorte. El número de edificaciones no se actualiza desde el miércoles, con lo que el Pevolca sigue contabilizando 605 viviendas y 58 fincas agrícolas sepultadas.

La sismicidad se ha incrementado, tanto en la cantidad de temblores constatados como en su intensidad. Desde que el 27 de septiembre el volcán de Cabeza de Vaca dejara de rugir por unas horas, la actividad magmática bajo la tierra se avivó al sur de La Palma, en los municipios de Fuencaliente y Villa de Mazo, donde la población ha podido sentir numerosos temblores. Precisamente fue en estas localidades en las que se comenzó a percibir el enjambre sísmico los días 11 y 12 de septiembre, que anunciaba una inminente erupción volcánica. No obstante, la profundidad de la actividad sísmica se mantiene entre los 10 y los 15 kilómetros. Este dato, sumado a que no se han detectado deformaciones en el terreno y que el tremor volcánico se encuentra en valores estables y medio-bajos, indica que las posibilidades de que se genere un nuevo centro eruptivo alejado del entorno del cono principal son muy escasas, según detallaron los portavoces del Pevolca.

Temblor de 3,9

Ayer se registraron decenas de sacudidas en La Palma. La de mayor magnitud fue de 3,9 grados y tuvo su epicentro en la Villa de Mazo, donde la población pudo sentirla a las 13.46 horas con una intensidad III, sobre una escala de XII grados. Hoy las autoridades locales y los responsables de seguridad mantendrá una reunión con los vecinos de los dos municipios afectados por los terremotos en el sur de la isla, con el objetivo de prepararlos ante una posible evacuación, a la vez que de tranquilizarlos porque en el escenario actual la probabilidad de que surja una nueva boca emisora son casi nulas.

El episodio eruptivo fisural mantiene el mecanismo estromboliano habitual en la vulcanología de Canarias, que alternas fases efusivas, en las que brotan grandes cantidades de magma, y fases explosivas de intensidad media o moderada. Según el Índice de Explosividad Volcánica (VEI, por sus siglas en inglés) el volcán de Cabeza de Vaca se sitúa en el nivel 2, dentro de una escala máxima de 8. La directora regional del Instituto Geográfico Español (IGN) y portavoz del Pevolca, María José Blanco, destacó que continúan activos tres centros de emisión en el cono principal y uno en el lateral norte, aunque sin «evidencias» de que pueda generarse otro alejado del foco principal.

Las condiciones atmosféricas, según advirtió Blanco, son desfavorales para la calidad del aire, que sigue «regular», aunque la previsión es que se perciba una mejoría a partir de hoy porque el viento girará a componente norte entre los 1.500 y 5.000 metros y se registrará una elevación de la inversión térmica, que en las últimas horas se ha mantenido en los 700 metros. Hasta que se produzca este alivio, el penacho de ceniza y dióxido de azufre (SO2) podría afectar a los aeropuertos canarios de la provincia occidental. Las emisiones de SO2 que se producen desde el volcán de la Cumbre Vieja alcanzan las 4.994 toneladas diarias y la emisión difusa de dióxido de carbono (CO2) llega hasta las 1.668 toneladas en cada jornada.

Debido a que la calidad del aire en el Valle de Aridane es «regular», porque se han registrado picos puntuales en los que se han superado los niveles de alerta de SO2 que ya han remitido, la población de esta zona puede hacer vida normal, pero se recomienda que quienes padezcan patologías pulmonares o bronquiales, asma, problemas cardíacos, embarazadas y niños pequeños, salgan el menor tiempo posible al exterior y vayan siempre protegidos con mascarillas del tipo FFP2. Los responsables del Pevolca recordaron que la limpieza de las cenizas no se debe realizar nunca con sopladores, para evitar poner las partículas en suspensión, y si se manejan grandes cantidades recomiendan humedecerlas ligeramente antes de manipularlas. 

La columna volcánica, a 3.500 metros

La columna de cenizas que emite el volcán llegó ayer a los 3.500 metros de altura sobre el nivel medio del mar, aunque en jornadas anteriores ha llegado a alcanzar los 6.000 metros de altura. En la imagen satelital se observa la fisura por la que emana la colada de lava y la boca del volcán.