El corazón de Fernando Nieto, un valenciano de 44 años, es muy especial. Solo hay cuatro más como él en todo el mundo. Nieto padece una extraña dolencia genética, llamada Glucogénesis cardiaca Tipo XV, de la que solo existen cinco casos diagnosticados en todo el mundo y solo uno de ellos, él, está en España. A diario sufre mareos, sensación de fatiga, arritmias y debilidad muscular. Asegura que esta enfermedad le hace vivir cada día con "el miedo" a que su corazón "deje de funcionar" en cualquier momento.

La Glucogénesis cardiaca que padece Fernando es una enfermedad muy rara. El defecto genético que Nieto heredó de sus dos padres hace que su cuerpo acumule excesiva azúcar dentro de la células del corazón. Estos depósitos de azúcar excesivos producen una insuficiencia cardiaca que hace que el corazón se agrande y pierda fuerza de bombeo.

Este valenciano explica que heredó esta enfermedad ultrarrara de sus padres, ya que ambos son portadores del gen que la produce (GYG1), y sus dos hijas también lo han heredado por su parte, pero no por el de su madre, por lo que son portadoras sanas. "Lo sufro todos los días, vivo con un continuo miedo a que me pueda morir en cualquier momento", confiesa Fernando Nieto, de 44 años, que afirma que los síntomas incapacitantes diarios son "bestiales" y por ello reclama que la Seguridad Social reconozca su enfermedad y le conceda una incapacidad absoluta.

"Siempre he vivido con síntomas raros como mareos o debilidad pero las analíticas siempre salían bien y al ser joven no me miraban el corazón", afirma para añadir que le diagnosticaron esta enfermedad ultrarrara en 2017, después de sufrir un síncope, y llegó a estar de baja dos años, lo máximo que permite la ley.

Desde entonces ha tenido que acudir en muchas ocasiones al servicio de urgencias, tanto por sufrir distintos síncopes como un ictus, hasta que finalmente le derivaron al Hospital La Fe de València, en la unidad de Cardiología y en la especialidad de muerte súbita, donde lo tratan en la actualidad.

Además, tiene implantado un Holter subcutáneo que avisa al Hospital si se produce algún problema en el corazón ya que, explica, sufre muchas arritmias diarias -"más de un centenar al día porque mi latido es distinto"- y añade que lo único que le salva es no haber tenido insuficiencia cardiaca.

"No hay nada más que hacer. Me siento mal psicológicamente y voy perdiendo las ilusiones", señala Fernando Nieto, que reclama que le valore algún experto en terapia génica y que haya más investigación para encontrar una solución a enfermedades ultrarraras como la suya.

Fernando Nieto trabaja de administrativo en una empresa hortofrutícola desde hace 22 años. "Suerte que la empresa me ayuda porque algunos meses la cosa va a peor y las faltas al trabajo son continuas", detalla Fernando Nieto. Añade que tras la baja de dos años "no podía ni caminar" y tenía los mismos síntomas que cuando empezó pero al pasar por el Tribunal Médico dictaron una resolución en la que le mandaban a trabajar y el médico que le visitó en la inspección "no sabía qué era una Glucogénosis"

"Vivo sabiendo que en cualquier momento puede producirse algún síncope. Sin perder el conocimiento, aparece sudoración intensa y un mareo fuerte, arritmias y mi corazón deja de funcionar. Tras quince o veinte minutos se pasa", relata.

Fernando Nieto. EFE

Sin tratamiento ni investigación

Para esta enfermedad ultrarrara, de la que solo hay cinco casos en el mundo, no hay en la actualidad ninguna investigación ni tratamiento, y el único posible sería con terapia génica.

Por su parte, Esther Zorio, cardióloga y responsable de la Unidad de Cardiopatías Familiares del Hospital La Fe, explica que las glucogenosis son enfermedades de depósito, que pueden afectar a varios órganos, donde existe un problema en la producción de una proteína en el cuerpo humano, lo que hace que se acumule azúcar dentro de las células.

En el caso de la glucogenosis cardiaca, explica, puede producir una insuficiencia cardiaca en el caso de que el corazón se haga más grande de lo que toca y, además, pierda fuerza de bombeo.

Cumple lo criterios de ser una enfermedad rara o ultrarrara porque su frecuencia es baja en la población general, afirma Zorio, quien añade que es una patología que no tiene tratamiento porque la población a quien va dirigida es tan reducida y la inversión tan alta "que a veces es muy costoso que alguien empiece ese camino".

"Hay tan pocos casos publicados en la literatura y se conoce desde hace tan poco tiempo que no hay tratamiento específico con el cual podamos frenar el depósito progresivo de glucógeno en estos pacientes, desgraciadamente", explica.

Destaca la importancia de que haya grupos multidisciplinares, que engloben muchas especialidades distintas que, sumando las fuerzas, puedan "entender mejor estas enfermedades raras".