Lucía: «Es un nombre que evoca luz, que hace referencia al pasado, a cómo lucía yo quizás... Pero lo cierto es que no me atrevía a poner mi propio nombre». Lo confiesa Laura Heristone (Plasencia, 1992), autora de la obra de teatro No es la guerra de Lucía, cuando se refiere a su protagonista, un personaje inspirado en su propia experiencia personal en la adolescencia, cuando sufrió acoso escolar por su orientación sexual.

La autora placentina y su equipo apuran los últimos días en la plataforma de ‘crowfunding’ Verkami, a través de la que están recaudando fondos para poner en pie la escenografía y el vestuario que necesitan para la función. El objetivo mínimo inicial, 3.000 euros, se ha cumplido pero, a mayor recaudación, más soporte para todo el montaje . «Nuestra idea era que fuera asequible para todo el mundo, por eso las donaciones pueden ser de entre 2 hasta 200 euros», explica Heristone -apellido artístico de Parra-. En función de la cantidad donada, los mecenas, además de colaborar en el proyecto, serán obsequiados con distintos objetos: camisetas, bolsas de tela, pegatinas o una chapa, cuyo diseño creó la propia Heristone: «Soy yo misma y la ‘salvadora’ de lo que me pasa en la obra. Cuando se estrene me tatuaré el dibujo», dice. 

La ‘salvadora’ es el personaje de Diana, que acompaña a Lucía, junto a Alba, su amiga, que la traiciona, Ana, la profesora, e Inés, la madre. Unos personajes que van a encarnar cinco actrices, todas ellas estudiantes de la Escuela de Arte Dramático de Extremadura, que componen un equipo formado por 13 personas. Todas ellas trabajan en el proyecto de manera gratuita, «por amor al arte». «Es algo por lo que estoy muy agradecida y emocionada, porque todas están porque quieren estar. También como contrapeso a todo el repunte de violencia y odio que está sufriendo el colectivo», afirma Heristone. 

Laura Heristone, autora de ‘No es la guerra de Lucía’. CEDIDA

La autora describe que «despertar a la sociedad» es una parte clave de su escritura: «Esta obra va para todos aquellos que están sufriendo bullying, para decirles ‘no estás solo, pide ayuda y no te escondas porque esa gente no puede ganar’».

Heristone se emociona al recordar cómo «reventó» y comenzó a escribir el texto las pasadas Navidades para «expulsar todo ese dolor que llevaba desde la adolescencia». «Lo publiqué en redes y la gente me decía que la historia podría ayudar a muchas personas. Un compañero me propuso presentarlo a las becas de La Nave del Duende», rememora. No sin muchas dudas, se decidió a hacerlo, y esa beca ha sido el «boom» que está a punto de materializar su historia. Será el próximo 18 de marzo, en ese mismo teatro cacereño. «Están siendo meses de mucho estrés. papeleo...Si hubiera sabido todos los obstáculos que tendría no sé si lo hubiera hecho. Nunca jamás pensé que el texto iba a llegar hasta donde está ahora», asegura. «Yo creo que el amor es lo que al final nos mueve y No es la guerra de Lucía promueve eso. Y la empatía y el respeto», añade.

«Esta obra va para todos aquellos que están sufriendo, para decirles ‘no estás solo, pide ayuda’»

Una vez se estrene, la ilusión de Heristone y su equipo es que la obra que ella define como «dura, pero no trágica» llegue a distintos puntos de Extremadura, sobre todo a centros educativos y sociales. «Está volviendo a haber unas agresiones, una falta de respeto, por parte de generaciones jovencísimas y eso lo han mamado en casa», afirma. De ahí la necesidad de contar historias como estas, que den un contrapunto y ayuden a la concienciación. «No sólo es para gente del colectivo, sino también para todos aquellos que no lo son y quieran escuchar», apunta. 

Escuchar voces como la de Heristone sigue siendo necesario. Y ayudar a hacerlo posible solo necesita de una pequeña donación y un clic antes de este 6 de diciembre. El último empujón para que Lucía y su historia sean una realidad.   

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