Su infancia no fue un camino de rosas aunque asegura no tener malos recuerdos y considera que no puede decir que fue difícil. «O eso creía cuando era niño. La verdad es que supe adaptarme a cualquier situación y viví con alegría», declara. Con el paso del tiempo eligió la medicina como profesión y ahora es médico de familia en Madrid. A tres horas de la capital está su hogar: Montánchez. Francisco José Alvarado Lavado (Cáceres, 1989) es, además del «chico de la sierra» como lo conocen en su pueblo, Míster Gay Pride España 2018 y Míster Gay World 2020. En una charla con este periódico cuenta cómo lucha por el colectivo LGTBI y reflexiona sobre la situación actual de la sociedad, a su parecer, «individualista y egoísta», en la que vivimos.

Hábleme de Montánchez.

Es mi hogar. Puedo decir muchas cosas y todas buenas. Me llamaban ‘el chico de la sierra’ por vivir en un alto con vistas a la naturaleza y sin nada alrededor. Desde mi casa se podía ver Cáceres. Me he criado con mis abuelos maternos. Mis padres eran drogadictos cuando yo era un niño, pero ahora ya están desintoxicados y reinsertados en la sociedad. De eso me enteré cuando tenía 7 años. No he vivido en una estructura familiar tradicional. Precisamente creo que esa disparidad de mi familia al encontrarse fuera de lo común, me hizo madurar antes de tiempo. Incluso, en alguna época vecinos del pueblo tuvieron que cuidar de mí cuando tenía dos años, ya que mi abuela tenía que cuidar de mi tío porque tuvo un accidente. Mi tío, que ahora tiene 43 años, es para mí un hermano. No considero que tuviera una infancia difícil, al menos mientras la viví, con el paso de los años descubres que quizá fácil tampoco fue. Sin embargo siempre me he sentido arropado por toda mi familia. Más tarde descubrí que era homosexual, aunque es algo que sabía desde pequeño. Mis amigas eran niñas y en el patio del colegio no titubeaban al llamarme: ‘mariquita’ o ‘maricón’, pero yo me sentía cómodo rodeado de mis amigas. Me gustaban los chicos, pero mi mente únicamente contemplaba que me podían atraer sexualmente y que en un futuro lo que tenía que tener era una mujer para formar una familia. ¿Así eran las relaciones que conocíamos, no?.

¿Qué le hizo darse cuenta de que no era así y de que sí podía formar una familia homoparental?

Gracias a la educadora social de mi instituto, cuando tenía 14 años, supe que podía formar esa familia junto a un hombre por amor. Tenía buena relación con ella y le envié una carta desvelándole mi homosexualidad. Me explicó que una familia era fruto del amor y daba igual si era con un hombre o con una mujer. A mi tío también decidí confesárselo por escrito, aunque no lo leyó hasta años más tarde. Yo no lo sabía. Al principio sentí rechazo y creí que él lo había leído y no me hizo caso. Al poco tiempo, cuando tenía 16 años, mi abuela me preguntó que si era gay y me decía: ‘Hijo, tus tíos también se maquillaban de niños y no pasaba nada’, y eso que yo me habré pintado los labios tres o cuatro veces, pero lo decía porque lo notaba. Le contesté que era bisexual, por entonces estaba descubriendo mi sexualidad aún. No fue sorpresa. Ella se encargó de contárselo al resto de la familia y fue cuando me di cuenta de que mi tío no lo sabía al enfadarse por no habérselo contado antes. Le pregunté por la carta y me dijo que no la había leído. Resulta que mi abuela limpiando la guardó entre mis cosas. Fue muy emotivo y ahora ese escrito mi tío lo guarda con cariño.

Francisco y sus abuelos visitan a su madre en una playa cercana a Jerez, donde estaba ingresada en un centro de Proyecto Hombre. El Periódico

Después se marchó a estudiar a Salamanca.

Así es. Terminé Bachillerato con novio, justo antes de marcharme a estudiar. Tenía 17 años y él era algo mayor, es de Cáceres y por entonces estudiaba en Madrid. Una vez me instalé en Salamanca, encontré a mi grupo de amigos. También un poco más a mí mismo, ya que empecé a frecuentar locales de ambiente y a conocer el colectivo desde otra perspectiva.

¿Por qué eligió Medicina?

Siempre quise estudiar Medicina. No sé muy bien por qué, pero con 6 años ya lo tuve claro. Se me metió en la cabeza y así fue. A día de hoy creo que quizá, de manera indirecta, lo propició la situación de mi casa porque nadie en mi familia es médico. 

¿Qué le llevo a presentarse a Míster Gay Pride España en 2018? 

En 2012 fui por primera vez a la fiesta del Orgullo de Madrid con mis amigos de la universidad. Descubrí un mundo nuevo y conocí el certamen de Míster Gay Pride España, pero no fue hasta 2018 cuando presenté mi candidatura tras una sesión de fotos que me hizo una amiga en mi pueblo. Al final gané el concurso. Lo hice representando a Cáceres. Fue muy bonito. Se celebró en Sol y estaba a rebosar. Acudieron más de 20.000 personas al acto, pero de entre todas me quedo con dos de ellas que estuvieron apoyándome durante las cinco horas que duró la gala y saltando en primera fila: mi abuela y mi tío. Se emocionaron tanto que para mí es el gran recuerdo de ese día. 

Francisco posa con su abuela y su perro en su casa de Montánchez. El Periódico

Dos años más tarde pasó a ser Míster Gay World 2020.

Sí. Normalmente el ganador del certamen a nivel nacional se presenta al mundial. Decidí hacerlo en 2019 y quedé segundo. Me vestí con un traje tradicional de Montehermoso que me confeccionó la madre de un amigo para representar a mi tierra. Al año siguiente, por culpa de la pandemia, se suspendió el acto pero no el concurso y finalmente me nombraron Míster Gay World ese año. En ese momento el activismo LGTBI en mi vida pasó a un segundo plano porque estaba dedicándome en cuerpo y alma a mi trabajo. En octubre de este 2021 pasé el testigo de forma virtual porque tampoco ha podido celebrarse. 

El joven médico durante una jornada laboral. El Periódico

¿Cómo lucha por el colectivo LGTBI en su día a día?

Intento dar visibilidad en mi entorno sobre la homosexualidad de manera espontánea y sin tapujos. También soy activista a través de las redes sociales y colaboro en campañas de algunas ongs que trabajan en la lucha de enfermedades de transmisión sexual como el VIH. Otras veces cuento mi historia, como estoy haciendo ahora mismo. Quizá pueda ayudar a alguien y solo con eso merece la pena. 

Esta semana se ha publicado un informe de la Fundación Triángulo de Extremadura que arroja un incremento en los delitos de odio: se pasa de 23 casos de discriminación en 2020 a 36 este año, ¿qué opina al respecto?

Se están permitiendo mensajes de odio que deberían estar penados por la justicia. Hay una corriente filosófica que llevo por bandera que dice: ‘no se puede ser tolerante con el intolerante’. Una cosa es el respeto y otra cosa es tolerar la intolerancia. Debería estar regulado por ley. En la educación se encuentra una de las bases para conseguir este gran cambio.

¿Qué cree que ocurre hoy en día en la sociedad para que se produzca esa subida y se hayan notificado una docena de agresiones por LGTBIfobia en la región en 2021?

Siempre han existido, pero hoy en día se conocen más. Creo que la principal causa es el tipo de sociedad que estamos creando. La de la inmediatez, la del individualismo y el egoísmo. Los datos son un reflejo de esos mensajes hirientes que calan de los políticos que se terminan convirtiendo en injusticias como estas. Si damos voz a estos discursos llenos de odio se traducen en discriminación y esto deriva a agresiones. Me entristece, es necesario tener empatía. 

El padre de Fran, con su mujer, junto a las hermanas del joven. El Periódico

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