Dinamarca y Noruega han decidido levantar la mayor parte de las restricciones impuestas por la pandemia del covid-19 en una llamada a recuperar la vida cotidiana. ¿Es una medida prematura o podría España seguir en breve los pasos de los países escandinavos?. EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, diario que pertenece a este grupo, Prensa Ibérica, ha lanzado la pregunta a varios expertos. Para algunos, es una decisión claramente prematura y que, sobre todo, obedece a criterios políticos, no epidemiológicos, ni científicos. Para otros, es una iniciativa "valiente y no está tomada a la ligera", sino basada en los porcentajes de vacunación y la menor agresividad de la variante ómicron.

Así lo sostiene Mar Faraco, presidenta de la Asociación Española de Sanidad Exterior (AMSE), cuando se le pregunta por la decisión adoptada, primero, en Dinamarca y, después, en Noruega. En este último país, desde el miércoles, los bares y restaurantes pueden vender alcohol también después de las 23 horas, desaparecen las limitaciones de aforo en eventos públicos y las restricciones en los centros de enseñanza y ya no será necesario el teletrabajo. Sólo se mantiene una medida: hasta el 17 de febrero será obligatorio el uso de mascarillas en interiores cuando no se pueda guardar la distancia de seguridad. "Pasamos de reglas detalladas al metro de distancia, la mascarilla y el sentido común", ha resumido la ministra de Sanidad noruega, Ingvild Kjerkol.

En el caso de Dinamarca, el fin de todas las medidas impuestas para frenar el avance de la pandemia llegó el martes 1 de febrero. A partir de la próximas semanas, los daneses no estarán obligados a utilizar mascarilla al aire libre, salvo que así lo requieran los establecimientos, también se levantarán las restricciones de aforo y horario, y otros lugares de ocio volverán a reabrir sus puertas.

Un alto porcentaje de vacunación

La doctora Mar Faraco asegura que, para adoptar semejantes decisiones, Dinamarca ha contado con un porcentaje de vacunación muy alto -también en dosis de refuerzo, precisa- y, apunta a la confianza de la población en la gestión de la pandemia que está haciendo el Gobierno, también muy elevada. En ese contexto, la médico considera que "es una decisión arriesgada, pero valiente. No tomada a la ligera". Además, señala que en el país se sigue realizando rastreo de casos y numerosos test de diagnóstico.

A juicio de Mar Faraco, en el caso danés, lo más importante es que, según las encuestas de opinión que se han realizado en el país, la gente confía en las decisiones de las autoridades sanitarias. "Aquí yo no tengo tan claro que vaya a suceder lo mismo", indica. "Son los primeros en atreverse. Pero tienen apoyo popular y una base de partida que no me parece una locura", prosigue.

El problema en España, apunta Faraco, es que, aunque el porcentaje de vacunación es muy alto, no se realizan tantos test y ya no se hace un seguimiento tan estrecho de los casos. "Tampoco la población en general está muy satisfecha con la gestión de la pandemia", apunta. Añade que, en cualquier caso, en nuestro país ya no quedan tantas restricciones, más allá del uso de mascarillas en exteriores que considera incomprensible.

Decisiones políticas

"La situación tiene que calmarse mucho para llegar a ese escenario. Son decisiones tomadas con criterios políticos, no científicos", disiente el doctor Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). Explica que, con la situación epidemiológica que tiene España, "le aterroriza" que se adoptasen decisiones similares en este momento. Y, precisa, no es alarmismo, es realidad.

Con datos aportados este miércoles por la ministra de Sanidad, Carolina Darias, en España prosigue la tendencia descendente de la sexta ola. En las últimas tres semanas la incidencia acumulada se ha reducido en un 21%, pasando de los 3.400 casos del 21 de enero a los 2.564 de este miércoles. El informe de Sanidad ha notificado 86.222 contagios y 224 muertes más en las últimas 24 horas. La ocupación de las camas hospitalarias ha descendido hasta el 13,9%, seis décimas menos que ayer, y en las ucis hasta el 21,3% (21,7% ayer).

Decisiones incomprensibles

En el caso de Dinamarca o Noruega, Lorenzo Armenteros indica que ninguno de los dos países atraviesa una situación epidemiológica como para adoptar decisiones de semejante calado: "Es porque tiran la toalla. No son capaces de controlar la pandemia y prefieren tomar otras medidas, que parece que son flexibles y sólo obedecen a criterios políticos". En el caso del país danés, el portavoz de la SEMG asegura que "está en récord de contagios" y, además, aunque la incidencia ha ido bajando en las últimas semanas, en el caso de España, ese descenso no ha sido "en caída libre, como algunos pronosticaban. Sí pasó en Sudáfrica, pero allí la la media de edad de la población es mucho menor que en Europa".

El doctor Armenteros persiste: no se trata de pesimismo. "Claro que en el horizonte hay que tener esperanza, pero a los que vemos lo que pasa todos los días, nos aterroriza" señala. El médico afirma que sigue habiendo un alto pico de contagios, que así lo ven en consulta a diario y que son muchos los casos de positivos obtenidos mediante test de antígenos en domicilio que las administraciones no notifican.

Mientras "no exista certeza de que el virus no va a mutar, el número de casos esté controlado, no se produzca un prolongado descenso de hospitalizaciones o ingresados en UCI" y, reseña, el porcentaje de vacunación a nivel mundial no se acerque al 70% no existen garantías para que España comience a levantar restricciones, añade el especialista.

Una opción "aventurada"

En la misma línea se pronuncia Manuel Franco, epidemiólogo de la Universidad de Alcalá (Madrid) y portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS). "Una pandemia como esta necesita de un servicio de salud pública y una epidemiología importante, saber qué ocurre en todo momento y tomar las decisiones adecuadas. En ese sentido, Dinamarca es un país que epidemiológicamente está muy avanzado, lo que sí dicen es que ya no están dispuestos a cumplir ninguna restricción", añade.

Para Franco, es una opción "aventurada" y no cree que ese sea el camino. Indica que, por ejemplo, en el sistema educativo español -universidades, institutos, colegios...- se están dando numerosos contagios. "Sí tenemos que saber tomar unas medidas preventivas, uso de mascarilla, distancias, ventilar...porque pasamos mucho tiempo en lugares cerrados y la evidencia dice que es donde se dan más casos. Coger y decir: '¡Manos fuera, esto es libre albedrío!', no me parece muy sensato", finaliza.