En plena escalada bélica entre Ucrania y Rusia, y mientras las tensiones internacionales van al alza, la Agencia Espacial Europea (ESA) ha anunciado que ve "poco probable" el despegue de la misión marciana de Exomars, que había diseñado en colaboración con la Agencia espacial rusa. "Las sanciones [impuestas a Rusia] y el contexto actual hacen que un lanzamiento en 2022 sea muy poco probable", afirma la entidad en un comunicado publicado este mismo lunes. Según constata el documento, el director general de la ESA, Josef Aschbacher, "analizará todas las opciones y preparará una decisión formal sobre el camino a seguir por parte de los estados miembros de la ESA".

La decisión llega después de un fin de semana plagado de tensiones entre las principales agencias espaciales del globo. Hace unos días, de hecho, el director de la Agencia espacial rusa Roscosmos, Dmitry Rogozin, anunció que cancelaba todas los lanzamientos conjuntos que tenían pactados con sus homólogos europeos y estadounidenses. También afirmó que, "en respuesta a las sanciones impuestas por Europa contra nuestras empresas", ordenaba la retirada inmediata de todo su personal científico y técnico de la base espacial de Kourou, en la Guayana Francesa, un lugar que, hasta ahora, se había convertido en un símbolo de cooperación internacional.

La retirada de Rusia de Kourou podría suponer una traba para el despegue de varias misiones europeas y estadounidense, que hasta hace relativamente poco viajaban al espacio mediante los cohetes rusos Soyuz. En los últimos años, sin embargo, la agencia norteamericana NASA subcontrató a SpaceX para sus viajes a la Estación Espacial Internacional. Y ahora, tras el empeoramiento de las relaciones con Rusia, Europa afirma que tirará de lanzadores propios en funcionamiento, así como de los futuros Vega C y Ariane 6.