El cartel que abría la feria de Olivenza era muy esperado. También muy significativo. Se anunciaban novillos del campo bravo oliventino, o de sus inmediaciones. Con tres jóvenes toreros formados en ese fecundísimo granero que es la Escuela Taurina de la Diputación de Badajoz.

Además, la novillada contaba con otro aliciente, que es la variedad de encastes, algo muy de estimar ante el absoluto predominio hoy del encaste Domecq. Por contra, ayer se lidiaron dos novillos de encaste Núñez, el primero de Juan Albarrán y el segundo de Carriquiri; dos de Domecq, el tercero de Vistalegre y el cuarto de los Herderos de José Luis Marca; uno de procedencia Pinto Barreriro, el quinto de los Herederos de Bernardino Píriz; y un sexto de un encaste legendario que hoy solo vemos en festejos de rejones: el sexto, de procedencia Murube, con el hierro de Luis Albarrán. De los seis novillos de la tarde, solo el de Marca dejó un gratísimo sabor de boca por su acrisolada bravura y por su enclasada embestida.

De Juan Albarrán era el toro novillo que abrió el festejo. Bajito, cuajado, enseñaba las puntas. No se sintió Carlos Domínguez con el capote, le costaba al animal ir hacia delante y las rachas de viento hacían de las suyas. Mejor en el quite por chicuelinas.

Comenzó la faena por alto, ajustados los ayudados y muy logrado el de pecho de remate. Faena variada por ambos pitones, al astado le costaba repetir, le faltaba final y fondo, lo que deslució la labor del joven torero. En corto al final, remate con bernadinas y premioso Domínguez con la espada. Saludos.

De Carriquiri era el segundo, chico, bajaba casi cien kilos con el anterior, pero era un punto veleto y bien armado por delante. Cárdeno carbonero, de muy llamativo pelaje. Manuel Perera se fue a la puerta de chiqueros para la larga de hinojos, el animal se le frenó y el lance resultó embarullado. De rodillas siguió, ya en el tercio, a la verónica con eco en los tendidos. Toro que confundía en banderillas, lo mismo esperaba, que pegaba un arreón, o se arrancaba de largo.

De rodillas desde los medios citó Perera en dos series de esa guisa, primero con la diestra y después al natural. Ganas de ser torero tiene este novillero -pronto matador de toros-, mas el novillo, ayuno de casta, salía del engaño mirando a los tendidos, muy deslucido. 

GANADERÍA: Seis novillos de diferentes ganaderías: Juan Albarrán, Carriquiri, Vistalegre, José Luis Marca, Bernardino Píriz y Luis Albarrán. Sin repetir y sin fondo el primero; distraído y muy deslucido el segundo; sin clase el tercero; bravo y enclasado el cuarto; manso de solemnidad el quinto; manso y deslucido el sexto. Pesos: 462, 374, 450, 460, 480 y 530

LOS DIESTROS: Carlos Domínguez, de tabaco y oro. Dos pinchazos y estocada baja. (Saludos tras aviso); dos pinchazos y estocada (Oreja tras dos avisos).

Manuel Perera, de carmesí y oro con cabos negros. Marronazo, estocada y descabello, (Saludos tras aviso); dos pinchazos y casi entera (Saludos).

Eric Olivera, de verde botella y oro. Estocada desprendida (Oreja); media (Silencio).

Plaza: Olivenza , jueves 3 de marzo. Primer festejo de feria. Un tercio de plaza cubierta en tarde fría. Miguelín Murillo y Alfonso Gómez saludaron tras parear al tercero.

De Vistalegre el tercero, un castaño con más cuajo pero agradable por delante. Debutaba con picadores Eric Olivera y tuvo el buen detalle de alargar las embestidas del burel, que al principio se quedaba corto y el joven torero le sacaba los brazos y le hizo ir hacia delante.

Fue este un novillo que se movió pero le faltó clase, a veces soltaba la cara, otras topaba y otras Eric Olivera le hacía ir por abajo. Faena de mucho querer, decidido el torero y bien colocado, estuvo por encima del novillo. Estocada y oreja para él.

De los Herederos de José Luis Marca el cuarto, con armoniosas hechuras de toro, armado en delantero, lago de cuello, que metió bien la cara en las verónicas de recibo de Carlos Domínguez, y en el quite. Un astado con buen tranco en banderillas.

Buenos pronósticos que se cumplieron con creces en el último tercio, cuando el animal tomaba la muleta por abajo, se iba largo y repetía con el celo que es consustancial a los toros bravos. Faena que inició Domínguez de rodillas en redondo en el tercio, y siguió con series por ambos pitones muy logradas para un torero tan nuevo. Se pidió el indulto por un sector de la plaza, que no concedió el presidente. Faena importante a un toro también importante, y oreja para el novillero, que habrían sido dos si no hubiera fallado con la espada.

De los Herederos de Bernardino Píriz el quinto, un animal fino de cabos y de hechuras, muy en el tipo de esta ganadería, que siempre se distinguió por lo armonioso de su estampa y la clase de sus embestidas. Mansote, el animal iba mostrando su querencia a las tablas. Hizo honor en cuanto a hechuras pero su mansedumbre fue un constante por su continuo irse a los adentros. Faena de Manuel Perera que no levantó el vuelo.

De Luis Albarrán el sexto. Pitones blancos, poco aparatoso por delante, acarnerado de perfil cefaleo y chato, y ya de salida con el tranco inconfundible que es santo y seña de este encaste, que lució en los lances de recibo de Eric Olivera. Era un toro y derribó aparatosamente al caballo.

Novillo en la muleta manso de libro, solo quería tablas y no pudo redondear Olivera.