La pandemia de la covid-19 ha evidenciado "de manera muy gráfica" las diferencias entre la violencia de género y doméstica, al mostrar los datos comportamientos diferentes en cuanto a denuncias y homicidios, una realidad que hace hincapié en la necesidad de no equiparar ambas.

Así se desprende del informe 'Impacto de la pandemia por covid-19 en la violencia de género en España' elaborado por la Universidad de Granada y cuyo principal autor, el médico forense Miguel Lorente, ha presentado este lunes junto a la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, cuando se cumplen dos años del primer estado de alarma.

El trabajo analiza este tipo de violencia -homicidios, denuncias, llamadas al 016 y medidas de protección entre otros- desde un contexto temporal amplio, de forma que compara los datos de la pandemia a lo largo de 2020 con 2019 y todo el quinquenio comprendido entre 2015 y 2019.

La pandemia ha impactado en la violencia de género al potenciar los factores que usan los maltratadores para ejercerla, pero también al dificultar que las mujeres puedan salir de ese infierno por la falta de oportunidades, y al limitar su acceso a los recursos asistenciales durante el confinamiento.

Recuerda el estudio que cuando aumenta el control sobre las mujeres -lo que ocurrió durante el confinamiento- las agresiones son menos graves y que aumenta la probabilidad de que se produzcan homicidios cuando el agresor percibe que pierde el control sobre la víctima, una situación relacionada "fundamentalmente" con la ruptura de la relación.

En cuanto a las denuncias, muestra una disminución en 2020, sobre todo durante el segundo trimestre -el confinamiento-, en comparación a 2019, sin embargo aumentan un 1,4 % respecto al periodo 2015-2019, "que se explica por el bajo número de denuncias" en 2015 y 2016.

El estudio destaca que el aumento de denuncias muestra también una mayor concienciación social respecto a la violencia de género y una confianza en el sistema "más alta".

Pero también analiza los datos de los homicidios de mujeres por otras causas distintas a la violencia machista, que en su mayoría son de violencia doméstica. Y en este caso, en 2020 aumentaron un 16,3% y un 28,9% respecto al quinquenio estudiado.

Una situación que también varía en relación al número de denuncias recogidas en el Registro Central de Protección de Víctimas de Violencia de Género y Doméstica del Ministerio de Justicia que muestran que por violencia doméstica aumentaron un 8,2 % en 2020 en relación a 2019, mientras que por la de género disminuyeron un 8,4 %.

"Los datos de la pandemia nos revelan de una manera muy grafica esta realidad y quienes niegan la violencia de género o quieren equipararla o llamarla intrafamiliar o doméstica no solo se están equivocando sino que están actuando con irresponabilidad" ha destacado Lorente.

Asimismo, ha continuado insistiendo en que las violencias hay que estudiarlas desde su origen, conocer las razones de los agresores para actuar, "el por qué y el para qué, que es lo que nos da la diferencia entre las violencias".

De esta forma, Rosell ha lamentado que el PP haya pactado con Vox en Castilla y León para formar gobierno, un partido "negacionista", y ha calificado ese acuerdo de "irresponsabilidad" y de ser una "pésima noticia" y ha esperado que el PP vuelva "a la senda constitucionalista".

El estudio presentado también muestra que el impacto de la pandemia en las víctimas es "más profundo de lo que en principio se puede pensar" con derivadas "más complejas" y con unas consecuencias que pueden prolongarse en el tiempo, lo que requiere un diseño de medidas y políticas para abordar este nuevo escenario causado por la crisis sanitaria.

De esta forma, incide en que la evolución del suicidio femenino en 2020 respecto a 2019 y al quinquenio anterior a la pandemia, con un aumento superior al masculino.

Y también considera preocupante que el porcentaje de población que tras la pandemia incluye la violencia machista entre los problemas graves, haya pasado del 6,4% antes de la crisis sanitaria al 0,5%.