Los bebés que nacen en familias monoparentales y los menores adoptados por estas familias tienen menos derecho a ser cuidados que los que tienen dos progenitores: los permisos por nacimiento o adopción son de 16 semanas para madres y padres que crían solos, frente a las 26 semanas de las familias biparentales, una "clara situación de desventaja y una discriminación" con la que el PP quiere acabar mediante una ley.

El Pleno del Congreso de los Diputados decide este martes si admite a trámite una proposición de ley del grupo parlamentario popular para ampliar a 26 semanas los permisos por nacimiento y adopción de las familias monoparentales, que constituyen el 10% de las familias en España.

"Es un derecho del menor y no puede ser que exista un agravio comparativo si hay un solo progenitor. (...) Al final existe una discriminación que es contraria tanto a la Constitución como a la Convención sobre los Derechos del Niño", explica a El Periódico de España, diario del mismo grupo, Prensa Ibérica, que este periódico,  la diputada del PP Marga Prohens.

Desarrollo físico y emocional

Su partido espera recabar los apoyos necesarios para este cambio legal del Estatuto de los Trabajadores y del Estatuto Básico del Empleado Público, pues estima que la legislación relativa a los permisos de maternidad y paternidad "debe fijarse también en el interés de los hijos" y garantizarles "un desarrollo saludable en lo físico y en lo emocional".

"Estos permisos cumplen con el interés superior del menor de poder disfrutar de unos meses con sus padres con los beneficios tanto emocionales como físicos de poder estar los primeros meses de vida con un progenitor o con ambos", señala la diputada balear.

Los populares denuncian que tanto el Estatuto de los Trabajadores como el Estatuto Básico del Empleado Público "ignoran las peculiaridades de las familias monoparentales" y argumentan que las leyes deben estar "atentas a los cambios sociales" y a un modelo de familia "cada vez más habitual".

Esta realidad discriminatoria en los permisos por nacimiento y adopción ha llevado a varios juzgados y tribunales a decretar la acumulación de dos permisos en la persona que está al frente de una familia monoparental, pero Prohens incide en que "es necesario aprobarlo por ley para no dejar a las familias desprotegidas y evitar que tengan que acudir a los tribunales y luchar por un derecho que es del menor".

En la exposición de motivos de la proposición de ley del PP, se indica que los legisladores no deben "dejar esta materia ni a la interpretación de los tribunales, que puede no ser unívoca, ni forzar a los padres o madres a obtener los permisos mediante un litigio. Por el contrario, la ley debe ser clara y terminante en reconocer el derecho, y las autoridades laborales y administrativas deben tener una norma clara que aplicar".

"Problema de equidad"

Desde el Gobierno, el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, reconoció que en la actualidad los permisos por nacimiento constituyen un "problema de equidad" y por tanto se comprometió a estudiar una solución al respecto. Por su parte, el Ministerio de Derechos Sociales pretende revertir esta injusticia en su futura ley de diversidad familiar, en la que no sólo se aumentarán los permisos de las familias monoparentales, sino que se podrán extender a familiares de segundo grado de consanguineidad y convivientes que se comprometan con la crianza. Precisamente este extremo puede dificultar que tanto el PSOE como UP respalden la propuesta del PP.

Sin embargo, Prohens ha instado a todos los grupos a apoyarla, por tratarse de una cuestión "concreta, específica y muy sencilla de ejecutar". "Si luego hay una ley más amplia, vamos a analizarla y estudiarla, pero esto es muy concreto. (...) Si hay un colectivo huérfano de políticas en este momento es el de las familias", subraya.

"Sería una pena que no se tomara en consideración porque a mi entender todos o la mayoría de los grupos deberían estar de acuerdo", continúa la diputada.

Veintiséis semanas para las familias biparentales 26 semanas

Desde el año pasado, las familias con dos progenitores disfrutan en España de permisos iguales e intransferibles por nacimiento y adopción que son de 16 semanas para cada uno, teniendo que compartir las seis primeras semanas, con lo que los y las menores pueden estar un total de 26 semanas acompañado por uno de ellos.

Esta medida pretendía dar un "paso importante en la consecución de la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres, en la promoción de la conciliación de la vida personal y familiar, y en el principio de corresponsabilidad entre ambos progenitores, elementos ambos esenciales para el cumplimiento del principio de igualdad de trato y de oportunidades entre hombres y mujeres en todos los ámbitos". Sin embargo, esta igualdad se olvidó de los padres y madres que crían solos en España, y de sus hijos e hijas, que no pueden disfrutar del mismo tiempo de cuidado que los pequeños y pequeñas de familias biparentales.

Además de una discriminación por modelo de familia, esta medida afecta con especial incidencia a las madres solas, pues deben incorporarse a las 16 semanas a su puesto de trabajo y suelen tener menos posibilidades económicas para hacer frente al pago de una escuela infantil o de una cuidadora.

Discriminaciones y precariedad

La Federación de Asociaciones de Madres Solteras (FAMS) ha denunciado en múltiples ocasiones cómo esta discriminación por modelo familiar impacta en el derecho de los niños y niñas a ser criados por sus figuras de apego.

La situación actual, según FAMS, provoca la invisibilización de las necesidades y de las realidades de estas familias: "Se trata de una situación de discriminación por indiferenciación en la que se ofrece a las familias monoparentales un tratamiento igual a necesidades que son distintas a las de la clásica familia conformada por ambos progenitores, y por tanto se las discrimina, máxime cuando el bien jurídico a proteger en los permisos parentales es el cuidado de hijos recién nacidos".

"Las administraciones públicas tienen la obligación de considerar al interés superior del menor en las políticas públicas, lo que implica que siempre que se tenga que tomar una decisión que afecte a una niña, niño o adolescente, el proceso de adopción de decisiones debe incluir una estimación de las posibles repercusiones (positivas o negativas) en su vida. En la justificación de las decisiones debe dejarse patente que se ha tenido en cuenta explícitamente ese derecho frente a otras consideraciones", continúa FAMS. 

En España, una de cada diez familias es monoparental: casi dos millones. La gran mayoría, el 81 %, tiene a una mujer al frente. Se trata de un colectivo que sufre precariedad y múltiples discriminaciones: en vivienda, en empleo y en permisos de nacimiento o adopción.

El Instituto de las Mujeres subraya en el estudio 'Las familias monoparentales en España' que "la pobreza, el desempleo y la falta de acceso a la vivienda son problemas estructurales que afectan a las familias monoparentales en mayor medida que al resto de familias, en gran parte por su falta de reconocimiento legal y por la ausencia de políticas públicas que tengan en cuenta sus particularidades, sus problemáticas y sus demandas". Estas familias ni siquiera están reconocidas por la legislación estatal.

Según el informe de FOESSA, el 49 % de las familias monoparentales se encuentra en riesgo de exclusión social y EAPN alerta de que el 13,8 % de los hogares monoparentales se encuentran en una situación de privación material severa.