El próximo cambio de hora tendrá lugar este domingo, 27 de marzo. Esta variación tiene su origen en España en 1942, en la dictadura franquista. España adoptó la zona horaria de Berlín como señal de apoyo a Hitler, abandonando la de Londres. Alemania obligó a Francia a cambiar su huso horario, y más tarde lo hicieron España, Reino Unido y Portugal. Al terminar la II Guerra Mundial, los británicos y portugueses volvieron a su horario original y España y Francia no lo hicieron.

Sin embargo, este cambio no se hizo oficial hasta 1974, en plena crisis del petróleo. El objetivo principal de esta medida era ganar más horas de luz a primera hora de la mañana, momento en el que las fábricas tenían más actividad. Teniendo más luz natural, ahorraban más energía.

A pesar de que la Comisión Europea aprobó la desaparición del cambio de horario en 2018, aún se desconoce cuál será la fecha de su eliminación definitiva. Unos están a favor de mantener el horario de verano y otros de mantener el de invierno. Sin embargo, algunos expertos, como el economista José María Fernández-Crehuet, lo tiene muy claro: España debe mantener el horario de verano pero con la hora británica, y Canarias, que tampoco se encuentra en su huso horario, continuaría teniendo una hora menos. Pero, ¿a qué viene esta reciente polémica? A continuación, una serie de ventajas e inconvenientes que han incitado a la población europea a cuestionarse la existencia de este cambio.

Ventajas

Horario de invierno

"Supuesto ahorro":

El propósito original del cambio de horario, ese supuesto ahorro energético, parece no tener un fuerte impacto en nuestros días. El consumo de dispositivos electrónicos ha subido considerablemente desde entonces. Esto hace que el ahorro que se producía antes en consecuencia del cambio, ahora sea mínimo. Además, la luz que no se consume por la mañana, se consume por la tarde.

Mejor descanso:

El cuerpo recibe menos horas de luz, y por lo tanto nuestro cuerpo segrega más melatonina que favorece el descanso y la calidad del sueño.

Horario de verano

Incremento en la economía:

Al haber más horas de luz, la gente pasa más tiempo al aire libre y produce un mayor consumo en diferentes establecimientos. Por este mismo motivo, el país recibe un aumento del sector turístico.

Mejor estado de ánimo:

Más tiempo de luz significa una mayor exposición al sol, que supone más vitamina D, y por lo tanto, una disminución del riesgo de padecer depresión. Además, más horas de sol invita a pasar más tiempo fuera de casa, lo que previene la aparición de hábitos sedentarios.

Inconvenientes

Si a partir de marzo mantuviéramos el horario de invierno, amanecería a las 5 de la mañana desde mayo en algunas localidades de España y si mantuviéramos el horario de verano, en ciertos meses del año, el amanecer se produciría hacia las 10 de la mañana en otros lugares del país.

En cualquiera de los dos casos, produciría un desajuste que afectaría más a unas localidades en un huso horario, y a otras en otro.

Además, cambiar de horario dos veces al año puede tener consecuencias muy negativas para la salud, entre ellas existe la probabilidad de:

  • Alteración del equilibrio hormonal.
  • Favorece los trastornos del sueño, aumenta la somnolencia y la dificultad de concentración y rendimiento.
  • Problemas cardiovasculares.
  • Causa irritabilidad, mareos, fatiga...

Estas alteraciones tienen una mayor repercusión en niños y ancianos por ser los que tienen una rutina más marcada. Provoca un desequilibrio del reloj interno, problemas para conciliar el sueño, y por ende, una mayor fatiga.

Para favorecer la correcta adaptación, se recomienda mantener horarios regulares de descanso, no consumir excitantes como el café, el té o el chocolate en las horas próximas al sueño y evitar siestas de más de 20 minutos