«Un macaco es como el cesto que utilizan los hombres del campo para recoger las aceitunas a mano y el sonido que emiten estas al caer dentro es muy característico y recuerda la tradición y el esfuerzo de los agricultores desde que cuidan el olivar hasta que recogen el fruto para que esté en condiciones óptimas». Esta es la razón por la cual Viñaoliva ha titulado ‘El sonido del  macaco’ a su último cortometraje que, adoptando el formato de documental, se rueda en estos momentos para «poner en valor el trabajo del agricultor del olivar tradicional de Extremadura, especialmente en la sección de aceituna de mesa», explica Alberto Calvo Báez, su director.

Serán seis minutos con puntos de rodaje en Almendralejo, Retamal, Entrín Bajo y Villalba de los Barros, y está compuesto por entrevistas que «van hilando un mensaje de empoderamiento enfocado a dar valor a todo el trabajo que desarrolla el agricultor para que el consumidor entienda la diferencia entre una aceituna y otra», señala Alberto Calvo, quien resalta que «hay que darle mucho mérito a las personas que se dedican a día de hoy a trabajar la tierra, tal y como se hace en Extremadura y especialmente en la comarca de Tierra de Barros».

El objetivo es "poner en valor el trabajo del agricultor del olivar tradicional de Extremadura, especialmente en la sección de aceituna de mesa"

Para el rodaje, han contado con las intervenciones de María Luisa Regaña, gerente de la sociedad cooperativa Montevirgen de Villalba de los Barros y presidenta de la Denominación de Origen de Ribera del Guadiana; Rosana Gallego, técnica de exportación en la sección de aderezo en el grupo Viñaoliva; Manuel Zambrano, responsable de la sección de aderezo, también en Viñaoliva y los agricultores de olivar de mesa José Luis Becerra y Eusebio Pérez. 

María Luisa Regaña, presidenta de Ribera del Guadiana. VIÑAOLIVA

Viñaoliva, productora del documental, asegura que todo su empeño está «en conseguir que el agricultor siga queriendo mantener su explotación. Sabemos lo que le cuesta y lo que necesita para seguir cultivando un olivar de manera tradicional, por tanto le damos valor a lo que ellos producen y a lo que ellos hacen buscando la mejor salida, tanto a nivel nacional como internacional, a lo que Rosana Gallego añade que «hay que defender la calidad del producto e incidir en dar transparencia para que el consumidor la sienta».

Dura seis minutos y está rodado en localizaciones de Almendralejo, Entrín Bajo, Villalba y Retamal

En esto mismo incide Manuel Zambrano, que cree necesario «incentivar el consumo de los productos extremeños para darle mayor valor y que todo el mundo aprecie cómo se produce y cómo se trabaja en Extremadura. Teoría que recalca Alberto Calvo al destacar que «hay que transmitir a los mercados y al consumidor final que la aceituna de Extremadura, y en especial la de Tierra de Barros, se recoge a mano y se transforma con un proceso tradicional para que adquiera ese valor añadido ya que es el sustento de muchas familias en la región».

Y con estos buenos propósitos y el deseo de que su mensaje cale hondo ruedan ‘El sonido del macaco’, cuyo estreno está previsto para esta primavera en las redes sociales de Viñaoliva, en las mismas en las que se ya emitieron el documental ‘Buscando a pardina’, dedicado a incentivar el consumo de vino de esta variedad autóctona de uva. y ‘Tinaja de Zaleo’, realizado para contar cómo se creo Zaleo, que venden como un vino diferente.