La ola de calor deja sentir sus últimos efectos, pero la situación de los incendios aún preocupa, en especial el de la Sierra de la Culebra (Zamora), aunque los servicios de extinción también trabajan en Cataluña, Aragón o Extremadura.

En la reserva de la Sierra de la Culebra, donde el incendio lleva calcinadas unas 20.000 hectáreas, ya han podido regresar a sus hogares los vecinos de siete de los 14 pueblos desalojados estos días.

Los efectivos siguen luchando contra las llamas además en zonas de Cataluña y Aragón, si bien el declarado en Caudiel (Castellón) se ha dado "prácticamente por estabilizado".

Esta mañana trabajaban en esos incendios, entre otros medios, 919 militares y 308 medios de la Unidad Militar de Emergencias (UME), ha informado el Ministerio de Defensa.

En Cáceres se ha declarado en las últimas horas un incendio forestal en el término municipal de Hervás y su evolución era desfavorable, según la Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural de Extremadura. Las llamas afectan a una zona de robledal de difícil acceso y alto valor ecológico.

En Zamora, aunque el fuego se mostraba menos virulento y durante la noche se logró reducir la altura de las llamas, seguía el ataque directo en los diferentes focos de la reserva de la Sierra de la Culebra, un incendio que se prevé que siga activo las próximas doce horas, había indicado el Ministerio.

El incendio ha carbonizado ya cerca de 20.000 hectáreas, en su mayoría de superficie forestal arbolada de pino, monte bajo y matorral, ha informado la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León.

Los vecinos que han podido regresar a sus hogares son los que viven en los núcleos de población situados más al sur de la zona afectada por el incendio.

La noche de lucha contra el fuego fue dura y de intenso trabajo, con la incorporación a primera hora de la mañana de medios aéreos de extinción y, aunque el incendio seguía activo, presentaba menos virulencia.

El incendio forestal, que vivió ayer una jornada negra, ha sido resultado de un cúmulo de circunstancias, comenzando por una tormenta seca con fuerte aparato eléctrico y sin apenas precipitaciones, unido a temperaturas de 40 grados, baja humedad y vientos.

En Cataluña, donde el incendio forestal del municipio leridano de Artesa de Segre, desatado el pasado miércoles, ha quemado hasta el momento 2.146 hectáreas, la jornada se esperaba complicada a nivel meteorológico, con temperaturas altas y entrada de viento del sur,

Dos incendios están activos en la provincia de Lleida, el de Lladrus, uno de los más preocupantes por su potencial, que se había estabilizado esta mañana, tras quemar 50 hectáreas y se ha impedido que avanzara hacia una masa forestal de 50.000 hectáreas

Los Bomberos de la Generalitat informaron de que se redoblaban los esfuerzos en el de Artesa del Segre (Lleida), donde se temía que el viento del sur pudiera reavivar a media mañana las llamas, que desde el pasado miércoles ha quemado unas 1.700 hectáreas.

Los trabajos se centran en la zona noreste del incendio y se está pendiente del comportamiento del fuego en el flanco noroeste, en el que se ha trabajado a lo largo de la noche, con las condiciones meteorológicas más favorables.

También en Aragón preocupaban las peores condiciones meteorológicas previstas para esta tarde. Hasta el momento, la cabeza y el flanco derecho del incendio de Nonaspe (Zaragoza) eran las zonas que centraban la atención del operativo que trabaja en su extinción, aunque la situación era "buena" tras las labores nocturnas.

En el fuego, que se inició en una parcela frutícola, han trabajado hasta ahora más de 200 personas, entre efectivos del Gobierno aragonés y de la UME, junto a unos 14 medios aéreos.

La Generalitat Valenciana ha dado "prácticamente por estabilizado" el incendio declarado ayer en Caudiel (Castellón), tras quemar unas 100 hectáreas.

El origen del incendio está bajo investigación judicial, pero el presidente de la Generalitar, Ximo Puig, que ha visitado la zona, ha avanzado que la administración autonómica pedirá a Renfe y a Adif que "tomen las decisiones que correspondan" si las chispas provocadas por el frenado de un tren fueran el origen.

En Navarra, retenes de los Bomberos siguen vigilantes ante el peligro de rebrotes en los incendios de Leire y Tafalla, que técnicamente se dan por extinguidos, pues las altas temperaturas suponen un riesgo.