El turismo de festivales vuelve este verano a España con aires "renovados", sobre todo a Cataluña, Canarias y Baleares, con una demanda que se ha duplicado y con “altas” probabilidades de que al cierre del año su facturación supere incluso el récord de 382,5 millones de euros de 2019.

"La escena musical está actualizándose y sumando relevancia a los impactos económicos, sociales y ambientales", explican a Efe desde la Asociación de Festivales de Música.

La industria de los festivales musicales facturó 157,6 millones de euros en ventas de entradas en 2021, un 13,7 % más que en 2020, cuando la irrupción de la pandemia en marzo forzó a la cancelación durante meses de toda su actividad y, por lo tanto, toda la maquinaria y empleo que lleva asociada.

Pese a la ligera recuperación lograda en 2021, gracias a la progresiva relajación de las limitaciones a la movilidad, los ingresos que el año pasado generaron los festivales de música en España fueron menos de la mitad de los de 2019 (un 58,8 % por debajo), según cálculos recogidos en un informe de la escuela de negocios OBS Business School.

"Si la pandemia no hubiera existido, el 2020 habría sido el mejor año de la historia de los festivales musicales”, afirma el autor del informe, Albert Guivernau.

Sobreoferta festivalera

Las previsiones para 2022 apuntan a que “puede ser un año para poner el contador a cero”, aunque Givernau advierte de que existe cierto riesgo de saturación y de exceso de oferta de eventos.

Y es que la demanda embalsada de los dos últimos años (las ganas contenidas de viajar y de disfrutar de música en directo) se ha sumado a la necesidad de una industria de recuperar en 2022 lo perdido en 2020 y 2021, lo que ha derivado en una amplia oferta por todo el territorio nacional que de momento, y según las fuentes consultadas por Efe, está teniendo muy buena acogida.

Todo ello ayudará a que empresas y promotores musicales puedan “devolver” los créditos contraídos y recuperar las plantillas y equipos anteriores a la pandemia, explica Givernau, tras reconocer que los precios de este año han subido, al igual que en muchos otros ámbitos del turismo y el ocio, lo que está favoreciendo que los "turistas festivaleros" estén gastando más.

Esta industria genera empleo temporal mayoritariamente entre jóvenes, que en un fin de semana, con dos jornadas de 13 horas de trabajo cada una, cobra en torno a 7 euros la hora, como fue el caso de María Pérez en la última edición del Interestelar de Sevilla.

Esta joven de 23 años explica a Efe que los propios promotores del festival pedían que los camareros ayudasen a desmontar las barras del festival, una tarea que corresponde a "otros operarios a los que les pagaban más".

Sin embargo, Rocío Salgado, de 42 años, que trabajó en el festival A Summer Story de la Ciudad del Rock en Arganda con un turno "maratoniano" desde las 22:00 horas a las 08:00 horas y un salario de entre 10 y 12 euros, asegura que "el sueldo suele depender mucho de la formación porque es importante el nivel de idiomas".

"Me gusta trabajar en festivales porque soy amante de la música, es divertido", explica a Efe Rocío, quien subraya que, además, es una manera de ganar dinero "fácil" en un fin de semana, aunque insiste en que en general "la hostelería no está bien pagada" en España y afirma que "lo que se paga hoy en día es menos que hace quince años".

Creciente demanda europea

España, el destino preferido en Europa para quienes viajan con la intención de ir a un festival, ha visto cómo la demanda en 2021 se ha elevado el 91,1 % en julio y el 85,7 % en agosto, según datos de Travellyze remitidos a Efe.

Por edades, se observa un aumento del 25,4 % del segmento de edad entre 18 y 24 años en relación con el verano anterior. En total, el 42,6 % de los turistas festivaleros tiene edades comprendidas entre los 18 y 44 años.

De hecho, para este periodo estival, la plataforma de inteligencia turística de ITG estima una subida del 15,8 % del festivalero que tiene intención de gastar hasta 1.000 euros en sus viajes, seguido de un 19 % que pretende dedicar entre 1.000 y 3.000 euros.

Además, entre los alojamientos más demandados figuran hoteles de entre tres y cuatro estrellas (17 %), alojamientos de alquiler vacacional (10 %) y hostales (7,8 %). No obstante, más de la mitad de los turistas prefiere usar su propio vehículo (52,1 %), seguidos del avión (40,5 %) y tren (20,6 %).

Madrid adelanta a Barcelona

Las comunidades autónomas que más turistas "festivaleros" acogerán este verano son Cataluña (Barcelona y Costa Brava), Canarias (Gran Canaria) y Baleares, según Travellyze.

Tras la pandemia, la región que mejor se ha recuperado hasta el momento es Madrid, seguida de Barcelona, gran parte de Andalucía y, además, en proporción a su PIB, Cantabria.

No obstante, “el impacto no ha sido homogéneo en todo el territorio”, defiende Givernau, que habla de un cambio de tendencia entre Madrid y Barcelona, porque la capital española acogerá el año que viene, por primera vez, parte del cartel del Primavera Sound, considerado el mayor festival de Barcelona y que en 2023 tendrá doble sede, después de ciertas tensiones entre la organización del evento y el Ayuntamiento de la Cuidad Condal.

Asimismo, con el foco en los próximos tres años, según las previsiones del barómetro de Travellyze, de la plataforma ITG, los destinos que los viajeros festivaleros preferirían visitar son Barcelona, Madrid, Costa Brava, Tarragona y Valencia.