Hace poco más de una semana saltaba la sorprendente noticia de un hombre que se había encontrado 9 millones de pesetas mientras reformaba su nueva casa en la localidad de Sober (Lugo).

Antonio Piñeiro, Toño para quienes le conocen, tuvo la fortuna de hallar en el transcurso de las obras en la vivienda en cuestión, que llevaba unos 40 años abandonada cuando la adquirió, una primera cifra de dinero --unos cinco millones de pesetas (30.000 euros) que, por suerte, aún pudo canjear y que le permitió reparar el techo.

Sin embargo, la continuidad de los trabajos ha seguido deparándole más sorpresas en forma de botes llenos de billetes que, por mala suerte, ya no ha podido cambiar a euros. "Mira, los llamé (al Banco de España), pero me dijeron que ya no se podía", como aseguró a El Progreso.

Su única esperanza tras la negativa del Banco de España era encontrar coleccionistas interesados en estos billetes para poder de esa forma canjearlos por el valor actual de su fortuna.

Posible comprador

Ahora, apenas 10 días después de que su historia saliera en todos los medios, parece ser que Toño ha encontrado un comprador para su tesoro.

Según desvela el Diario de Pontevedra, el diseñador Pepe Cruz ha sido quien se ha mostrado interesado en hacerse con buena parte de los billetes encontrados en la vivienda. El interés es concretamente por seis modelos de la serie de billetes de 200, 500, 1.000, 2.000, 5.000 y 10.000 pesetas que el Banco de España puso en circulación entre 1979 y 1985, y se debe a que fue su padre, José María Cruz Novillo, el encargado de diseñarlos.

"Mi padre le había comprado al Banco de España billetes de la primera hornada, pero gran parte nos los robaron a principios de los 90 y otros se fueron deteriorando por la humedad", apunta Pepe en declaraciones al diario gallego. Afirma también que le gustaría recuperar "a modo de fondo de archivo de nuestro estudio" una muestra del que probablemente haya sido "el trabajo más reproducido" de todos los elaborados por su padre.