A partir de los 65 años, una buena alimentación y una adecuada actividad física contribuye a un envejecimiento activo y saludable

Por el contrario, si es inadecuada, unida a los cambios propios del envejecimiento, predispone a la aparición de enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, obesidad o colesterol alto, y puede influir negativamente en el control de enfermedades previas.

La situación se complica aún más cuando personas a partir de esa edad tienen que ingresar por alguna patología u operación quirúrgica en un hospital, donde un estado nutricional deficiente se asocia con mayor número de complicaciones, mayor duración del ingreso, peor pronóstico e incluso con mayor riesgo de fallecer.

Según investigaciones realizadas, una de cada tres personas mayores de 65 años que llega al hospital sufren problemas de desnutrición severa.

De acuerdo con los expertos, las enfermedades neurológicas, el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, la pluripatología, los tratamientos farmacológicos combinados y la disfagia o dificultad para tragar, de la que se habla mucho como efecto secundario de la covid-19, aumentan el riesgo de desnutrición.

Comida en el Hospital General de Alicante. Pilar Cortés

En este contexto, cobra especial relevancia la investigación de Enfermería que se dirige desde Alicante en la que participan más de cuatro mil pacientes y unidades médico-quirúrgicas de nueve hospitales de todo el país para evaluar el estado de alimentación que presentan los pacientes que ingresan y que se prolongará hasta 2024.

Se trata del estudio Nutrifag “Impacto de la hospitalización en el estado nutricional y el riesgo de disfagia en personas de 65 o más años” que tiene como objetivo evaluar el estado nutricional en pacientes ingresados en las unidades de hospitalización médicas y quirúrgicas en hospitales del Sistema Nacional de España así como su riesgo de desnutrición.

Este trabajo, ya en marcha, está liderado por el Instituto de Investigación Sanitaria y Biomédica (Isabial).

La investigadora principal, Isabel Orts, destaca que “el equipo investigador, liderado por enfermeras, está formado por profesionales de la salud (enfermeras, nutricionistas, médicos, matemáticos) con perfiles clínico-asistencial, docente, investigador y de gestión”.

'El estado nutricional es un factor que, cuando ingresan en el hospital, tenemos que tener en cuenta, estudiar y valorar. A partir de ahí surge el proyecto sobre el impacto de la hospitalización en el estado nutricional y el riesgo de disfagia'

Isabel Orts - Investigadora principal

De este modo, apunta la también subdirectora y profesora titular del Departamento de Enfermería de la Universidad de Alicante, "se consigue un equilibrio dentro de los equipos de cada centro de estudio que se complementan en conocimientos y habilidades".

Según explica, uno de los aspectos más importantes de las investigaciones en cuidados en salud es el estado nutricional de las personas.

"Es un factor que, cuando ingresan en el hospital, tenemos que tener en cuenta, estudiar y valorar. A partir de ahí surge el proyecto sobre el impacto de la hospitalización en el estado nutricional y el riesgo de disfagia, que es otro de los problemas que pueden ocurrir relacionados en personas de 65 o más años".

Las nutricionistas y enfermeras del Hospital de Alicante implicadas en la investigación. Héctor Fuentes

Covid

En los últimos tiempos se habla mucho porque personas que han pasado el covid-19 lo padecen aunque los enfermos ingresados con coronavirus han sido excluidos de la investigación. La edad y la fragilidad de los pacientes son los factores que se tienen en cuenta porque las personas cada vez son más mayores y ahí es donde se están identificando grandes problemas de disfagia y de desnutriciones severas, que antes existían, pero no se detectaban.

La investigación contiene una escala de cribado que está visibilizando que hay más pacientes con problemas de desnutrición o disfagia de los que "a priori" se conocen en la hospitalización y se creían en las hipótesis iniciales, afirma Manuela Domingo, responsable del grupo investigador. Como ejemplo el de los pacientes obesos que se piensa socialmente que no tiene por qué padecer una desnutrición y la pueden presentar.

"Hay más pacientes con problemas de desnutrición o disfagia de los que a priori se conocen en la hospitalización y se creían en las hipótesis iniciales"

Manuela Domingo - Responsable del grupo investigador

Se trata de un estudio observacional prospectivo, multicéntrico y multidisciplinar en el que participan más de 70 investigadoras e investigadores, recalca Orts, miembro del grupo de investigación en Innovación en Cuidados Enfermeros de ISABIAL, que pretende arrojar luz sobre la dificultad para tragar, que a veces puede pasar inadvertida. Con los resultados del estudio "vamos a poder determinar el riesgo y poder incluso, a partir de del equipo multidisciplinar de las unidades de hospitalización y de los Servicios de Nutrición Clínica y de Dietética, actuar al respecto".

La investigadora principal, Isabel Orts, durante el cribado nutricional. ED

Proceso complejo

La deglución es un proceso complejo de control neuromuscular que requiere una perfecta coordinación de diversas estructuras musculares voluntarias e involuntarias en un complejo mecanismo en el que están involucrados la boca, la faringe, la laringe, el esfínter esofágico y el esófago hasta permitir su entrada en el estómago.

Cualquier factor que altere este complejo mecanismo puede desencadenar un cuadro de disfagia. Este problema afecta a un tercio de las personas mayores de 65 años y hasta al 44 % de los mayores ingresados en un hospital.

Es más frecuente en personas con enfermedades neurodegenerativas o ictus, aunque también se relaciona con la edad, la debilidad y con patologías musculares, endocrinas y psiquiátricas.

A pesar del impacto de la disfagia en la calidad de vida de las personas afectadas y de sus familias, muchas veces pasa inadvertida. De hecho, se estima que en Europa el 80 % de los pacientes no están diagnosticados ni reciben ningún tipo de tratamiento.

La identificación precoz de la dificultad para tragar es fundamental para prevenir sus complicaciones: desnutrición, deshidratación o aspiración a las vías respiratorias, que conlleva un alto riesgo de neumonía, aumentando la tasa de mortalidad en los pacientes que la padecen.

Para ello, es importante evaluar la capacidad de los pacientes para ingerir alimentos sólidos y líquidos sin que se produzcan complicaciones respiratorias. La detección clínica de este problema puede realizarse mediante un método sencillo que permite identificar de forma rutinaria si el paciente presenta signos y síntomas clínicos de disfagia y, posteriormente, confirmar el diagnóstico.

Nueve hospitales

Por este motivo, la mayoría de las Unidades de Nutrición Clínica y Dietética de los hospitales de estudio están totalmente involucradas.

El proyecto se encuentra en la fase de pilotaje de la recogida de datos, que se está llevando a cabo en Hospital Juan Ramón Jiménez (Huelva); Hospital Clínico Universitario Lozano de Blesa (Zaragoza); Hospital General Universitario Insular de Gran Canaria (Las Palmas); Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín (Las Palmas); Hospital Universitario Arnau de Vilanova (Lleida); Hospital Universitario de Navarra (Pamplona); Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia (Valencia); Hospital Universitario Reina Sofía (Murcia); y Hospital General Universitario Dr. Balmis (Alicante), donde se coordina el proyecto a través de Isabial.

La investigación reclutará a 453 pacientes de cada hospital. Los datos que se van a recoger versan en torno al estado nutricional; disfagia, que es la dificultad o imposibilidad de tragar; calidad y entorno alimentario; variables demográficas; variables clínicas de funcionalidad, cognitivas y de fragilidad; variables relacionadas con el perfil de riesgo; de contexto; y relacionadas con el proceso asistencial.

"Con la puesta en marcha de este proyecto se pretende mejorar el estado de salud, satisfacción y atención de las personas de 65 o más años hospitalizadas y ayudar así a planificar intervenciones nutricionales que minimicen las alteraciones asociadas a la desnutrición y disfagia en el contexto hospitalario”, abunda la investigadora principal.

El proceso de recogida de datos se agrupa en tres fases. En la inicial se recogen datos del estado nutricional al ingreso, mientras que en la segunda se recaban datos durante la estancia hospitalaria a los siete días en el caso de que se trate de un ingreso prolongado.

Finalmente, se registra el estado del paciente al finalizar el ingreso, cuando recibe el alta.

El proyecto está financiado por el Instituto de Salud Carlos III, a través de la Acción Estratégica en Salud del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades de España en la convocatoria de 2021 y cofinanciado por la Unión Europea (referencia PI21/00738), y cuenta con un presupuesto total de 57.000 Euros. 

La investigación incorpora en el equipo pacientes con el perfil de la población del estudio para que den su perspectiva y aporten mejoras. 

Se trata del Grupo Asesor Ciudadano que tiene como primer paciente a Fernando Such, quien ya ha ayudado a las investigadoras en determinadas cuestiones del proyecto.

La implicación de los actores no científicos en el proceso de investigación persigue obtener un mejor resultado.