Servicios sociales

"De vivir en la calle no se puede salir sin ayuda"

Los "sinhogar" entre 18 y 29 años aumentan un 30 % en la Comunidad Valenciana por falta de trabajo y de acceso a la vivienda

El nuevo perfil de jóvenes sin hogar

Arturo Iranzo | Víctor Rodríguez

Mónica Ros

 Si hablamos de personas sin hogar, el imaginario colectivo dibuja la figura de un hombre, de mediana edad, sentado en cualquier calle o durmiendo en un cajero. Sin embargo, ese perfil está cambiando. La precariedad juvenil a la hora de encontrar empleo y vivienda, sumado a la escasa red pública tanto para quienes son tutelados de la Administración y cumplen 18 años como para los migrantes que llegan huyendo de la guerra o la pobreza implica un crecimiento constante de jóvenes en situación de calle. Además, la vida en familias desestructuradas empuja a una emancipación obligada y precoz.

Sin hogar y sin red familiar, sin empleo y sin ingresos la vida y las preocupaciones de estos jóvenes es bien diferente a la de cualquier otra persona de edad familiar. Si son hombres se refugian, solos o en grupo, en lugares poco visibles o en la casa de quien les acoja el máximo tiempo posible. Si son mujeres la vida en la calle son palabras mayores y buscan protección en parejas tóxicas o personas que las maltratan, a sabiendas de que solas están aún más expuestas. ¿Cómo salir de la calle?

En la Comunidad Valenciana se está llevando a cabo un proyecto que persigue, no sólo darle un hogar a jóvenes en situación de calle, sino darles un futuro, un cambio en el rumbo de vidas marcadas por la desgracia que niega la igualdad de oportunidades Se trata de dotar de herramientas a quien tiene edad para ser adulto y mil piedras en el camino. El proyecto se denomina “Futuro & Co – Innovación y Comunidad para la autonomía de jóvenes sin hogar” y también tiene presencia en cinco autonomías más, con el objetivo de acoger y acompañar a 210 jóvenes en situación de sinhogarismo a través de 179 plazas de alojamiento. Eso sí, el proyecto tiene fondos hasta diciembre de 2024. Tras esta iniciativa se encuentra la Red Faciam (de la que forma parte en València el albergue y la entidad Sant Joan de Déu) y cuenta con financiación europea a través de los fondos Next Generation. El foco está puesto en una juventud en peligro tras detectar un aumento de personas en la calle con edades comprendidas entre los 18 y los 29 años que ya ha aumentado el porcentaje en un 30% en la Comunidad Valenciana.

Laura, enferma y valiente

Laura cumplirá 24 años en dos semanas y ya ha estado en coma dos veces. La primera, en su país (República de Guinea), cambió su vida. La segunda, en València, le hizo huir de la situación de maltrato en la que vivía. Las dos veces abrió los ojos y su cuerpo no respondía. Tuvo que aprende a hacerlo todo, de nuevo. Ella fue una mujer sin hogar en València, una joven sin techo. Hoy es una de las integrantes del programa valenciano y se emociona al recordar lo vivido hasta llegar al momento actual. Lo que diferencia a Laura del resto de jóvenes en su misma situación es su enfermedad. La joven tiene esclerosis múltiple. En su país, con escasos recursos sanitarios, le dieron un “posible” diagnóstico a los 19 años. Le “recomendaron” que se marchara, si quería vivir. Los países le negaban la entrada, España incluida. Tras el primer coma, la joven consiguió el visado, la familia reunió el dinero para su billete de ida sin retorno y la joven se vio obligada a abandonar su núcleo familiar para sobrevivir, sola, en un país como mujer negra, joven, enferma y extranjera, sin hogar. Relata las penurias vividas cuando no hay red a la que acogerse. El miedo, la impotencia, el maltrato. “Sin papeles no hay trabajo y sin trabajo no hay papeles. No se puede salir de una situación de calle sin ayuda. He llegado a pedirle a gente desconocida que me empadronara. Y si hoy estoy aquí es por las entidades sociales, que me han ayudado y me apoyan”. Y coge la mano de Eme, educadora social del proyecto que explica un proyecto pionero que pone el foco a los jóvenes sin hogar.

Eme, educadora social coge la mano de Laura.

Eme, educadora social coge la mano de Laura. / MIGUEL ÁNGEL MONTESINOS

Sahar, una mente brillante sin miedo

Sahar no se llama así, pero así es como desea llamarse en este reportaje. Salió de Afganistán casi con lo puesto para huir de los talibanes y recuerda bombas, amigos muertos, miedo y rabia por tener que huir de forma obligada a un país extranjero. Tiene una mente brillante. Estudia, pinta, dibuja y lee, cuando más, mejor, para aprender el idioma. “Soy valiente. Mi familia no puede estar aquí conmigo pero yo puedo valerme por mí misma”, asegura una joven que no vivió en al calle por la “pura suerte” de encontrar una plaza libe en el proyecto que hoy explican, cuando el resto de recursos finalizaban.

Según el INE, 6.036 personas en situación de sinhogarismo en España tienen entre 18 y 29 años. De estas personas, el 2% se encuentra en la Comunidad Valenciana. Sin embrago, esos 120 jóvenes sin techo en la Comunidad Valenciana son aquellos empadronados en los servicios sociales, “lo que implica que el dato es muy superior porque deja fuera a quienes no están empadronados en ningún sitio, ni registrados en ninguna parte”, explican desde Futuro & Co.