15 minutos si llega. Ese es el tiempo que ha durado la comparecencia del futbolista brasileño Dani Alves este miércoles ante la jueza Concepción Cantón que instruye el sumario contra él por la presunta agresión sexual con acceso carnal de una joven de 23 años en la discoteca Sutton de Barcelona el 30 de diciembre del 2022. La magistrada le ha comunicado el auto de procesamiento (el jugador ha dicho que no hacía falta que se le leyera) y únicamente ha asegurado que no estaba de acuerdo con el relato que se plasma en esta resolución en el que se le atribuye la supuesta violación de la mujer porque "no se ajusta a la realidad de lo sucedido". Sin embargo, también ha anunciado que no recurrirá el procesamiento para agilizar la causa y que se celebre el juicio lo antes posible.
La jueza instructora deberá ahora, tras realizar una serie de trámites internos y procesales, remitir las diligencias judiciales a la Audiencia de Barcelona que, a su vez, la repartirá en las secciones penales. El tribunal al que le pertoque tendrá que dar traslado al fiscal y a la acusación particular, ejercida por la abogada Ester García en nombre de la víctima, para que presente su escrito de acusación. Tras ello, le tocará el turno a la defensa de Alves, representado por el letrado Cristobal Martell, que planteará sus argumentos. Después, los magistrados señalarán cuando se celebrará el juicio.
El periodo que pasará hasta entonces es en estos mmomentos una incógniata. El plazo dependerá de la sala que se hará cargo del enjuiciamiento y, por lo tanto, de dictar la sentencia. Y es que hay tribunales que están más congestionados con otros. A pesar de ello y como es una causa con preso, el asuntol tiene prioridad. Las fuentes judiciales consultadas afirman que no se conocerá hasta el mes de septiembre a que sala de la Audiencia de Barcelona corresponderá celebrar el juicio.
La jueza sostiene en su auto de procesamiento que existen indicios "racionales suficientes" contra él para enviarlo a juicio. La jueza, asimismo, impone al jugador una fianza de 150.000 euros no para salir de prisión, sino para pagar una eventual indemnización -elevada para los estándares judiciales. Los forenses, además, han dictaminado que la víctima "cumple con los criterios de un trastorno de estres postraumático" de "intensidad elevada", "con repercusión funcional y deterioro en varias áreas de funcionamiento" que se pueden relacionar "significativamente" con los hechos denunciados. La joven continúa de baja laboral y necesita anteción psicológica.
Relato minucioso
En el auto de procesamiento recoge casi íntegramente la denuncia de la víctima, ratificada por ella en el juzgado, sobre lo sucedido la noche del 30 de diciembre en la discoteca. El relato es minucioso y se remonta a cuando la víctima, más una primar y una amiga, se dirigiero a la discteca Sutton, en la calle Tuset de la capital catalana. Al entrar en el local accedieron a la sala central y después a la zona VIP, cerca de la pista de baile. Un camarero fue el que les insistió para que se cambiaran de mesa. "Un amigo quiere que estéis allí", les comentó. A la segunda intentona, las mujeres accedieron. Era donde establa el futbolista (la víctima declaró que no sabía quien era) y un amigo. El jugador, según la resolución judicial, empezó a "tontear" con ellas mujeres. E, incluso, precisa la jueza, bailaron "muy juntos" y el jugador cogió la mano a la denunciante y se la puso en el pene. Ella la retiró dos veces.
Tras unos minutos, Alves llamó a la víctima para que fuera hacia un pequeño pasillo que comunica la zona VIP con un reservado y donde hay un minúsculo baño. La joven no sabía que había un lavabo. El jugador cerró la puerta, prosigue el auto, y "tiró con fuerza de ella hacia su cuerpo". A pesar de que la denunciante le repetía que parara, el futbolista hizo caso omiso. La tiró al suelo y como la joven se negó a hacerle una felación, se "enfureció y le pegó varias bofetadas en la cara". Después, mantiene la jueza, "la penetró violentamente". El futbolista, que ha cambiado de versión hasta cuatro veces, declaró en su último interrogatorio que fue sexo consentido. No le quedaba otra, pues ¡¡ se había encontrado semen suyo en el interior del cuerpo de la víctima.