Apasionada de la Medicina, estudió la carrera en Salamanca tras su paso por el Instituto Hernández Pacheco de Cáceres. Superado el MIR, está concluyendo su cuarto año como médica residente de Neurología en el Hospital Clínico San Carlos, en Madrid. Ahora se encuentra en Barcelona culminando su formación. Oír a Ana Baltasar, con su voz templada y serena, es confiar en esos seres humanos increíbles que hacen más llevaderos a los pacientes enfermedades terribles como el alzhéimer o la ELA.

-¿Qué hace que el cerebro sea un órgano fascinante?

-Es una pregunta complicada, pero diría que el cerebro es lo que controla todo, sin él seríamos incapaces de funcionar con la armonía con la que funcionamos. Siempre me ha llamado la atención, desde el instituto. El cerebro es fascinante porque hace que nos relacionemos con nuestro alrededor.

-¿Cómo afectan el miedo, el covid, el teletrabajo, las clases ‘online’ y la falta de contacto con otras personas a nuestra cabeza?

-Eso está más relacionado con la psicología, pero afecta mucho. En 2020 hicimos un análisis de consultas realizadas durante el confinamiento y en ese momento todo parecía genial, el teletrabajo, el no poder ir al médico, pero si lo comparas con lo que vino después hay un claro empeoramiento de la atención sanitaria porque es lo que más colapsado se ha visto; aunque obviamente somos animales sociales, nos relacionamos. Somos personas que vivimos en un mundo en el que estamos en continuo contacto. Y lo que estamos sufriendo es precisamente lo contrario, no poder reunirnos, quedarnos en casa. Hay enfermedades que no se detectan hasta que existe un cara a cara y el virus ha afectado a todos, también a nuestra salud mental, que ya de por sí se veía antes mermada por este mundo competitivo en el que vivimos.

-¿Por qué se produce el alzhéimer?

-Es una enfermedad en la que el cerebro va degenerando porque se van formando acúmulos de la proteína amiloide. Eso se produce en el envejecimiento normal, pero en el alzhéimer se genera con una proporción mayor. Eso sí, no sabemos qué lo desencadena, no sabemos todavía bien por qué unas personas son más propensas que otras. Hay unos tipos de alzhéimer genéticos, que son un porcentaje ínfimo; lo digo porque se trata de una de las preguntas que tenemos en las consultas, la de si por tener un familiar con alzheimer sufres más riesgo de contraerlo, y no es así. Sí es verdad que como somos una sociedad más envejecida y llegamos a la edad adulta con calidad de vida, se incrementa la enfermedad. Lo curioso es la afectación de la memoria a corto plazo.

-Otra enfermedad terrible es la ELA.

-Es una enfermedad terrible en la que la gente que convive con ella y todos sus familiares lo llevan de forma muy estoica. Para el control motor tenemos dos neuronas, una primera motoneurona está localizada en el cerebro y otra en la médula espinal, y entre ellas tienen conexiones. El cerebro y el sistema nervioso periférico funciona como un circuito de relevos, entonces mandas las señales de la corteza primaria motora, es decir, la orden de ‘mueve la mano’ la da el cerebro, pero para que eso se lleve a cabo tiene que pasar por el relevo que tiene en la médula espinal. Entonces, en la ELA, se produce una degeneración combinada en ambas neuronas. Según cuál se degenere más se suele tener un síntoma u otro. Lo normal son esperanzas de vida de tres a cinco años.

-¿Quién le hace reír?

-Mi familia, mis amigos, Twitter... No tengo una risa difícil.