Nacido y criado en Orellana la Vieja, comenzó muy pronto a tocar la guitarra española. Con 19 años entró en el concurso ‘Duende Joven’ y a partir de ahí su carrera fulgurante le llevó por televisiones y teatros hasta convertirse en uno de los músicos destacados de la región. Considera a Instagram su Biblia, aunque no es un influencer que tenga un personaje creado porque él ya es muy auténtico.
-¿Para poder hacer canciones hay que vivir?
-Totalmente, si no, no tienes nada que contar. O lo que cuentes, si alguien te lo ha contado, tendrá menos intensidad.
-O sea que la asignatura a aprobar es haber vivido.
-Lo mejor siempre es vivirlo en primera persona.
-¿Un vicio inconfesable en la música?
-La música es en sí un vicio, pero confesable. Permite estar conociendo muchos estilos, influencias, no quedarte estancado.
-¿Está de moda ser diferente?
-Está de moda aparentar que uno es diferente.
-¿Qué radio escucha Aurelio Gallardo?
-Lola FM, Costa Dulce Radio, Radio Olé y Los 40 Principales.
-¿Qué letra le pondría a la situación del tren en Extremadura?
-Porque tus vías nunca llegan y Extremadura ya está en pie. Grita con rabia en pie de guerra. ¡Es de justicia nuestro tren!
-¿Cuántas guitarras tiene?
-Cinco.
-¿Le pone nombre a todas?
-A todas las llamo Margari. Tengo una dinastía de guitarras: Margari I, Margari II, Margari III, Margari IV y Margari V.
-Tiene una de Los Simpson.
-Esa es la de los conciertos. Y esa es Margari III.
-Cite algún ídolo de su altar íntimo.
-Camarón, Estopa y El Barrio.
-¿Cómo es un día sin wifi?
-Un día navegando, un día con mis amigos, un día viajando. Me gusta desconectar aunque hago muy mal esos deberes.
-¿Instagram es la Biblia?
-Para mí es mi biblia porque es donde canto mis salmos.
-¿El sector musical necesita más apoyo público?
-Las administraciones de nuestra tierra están anticuadas. Cuando vas a pedir ayuda a la producción para sacar un disco y tienes que sacarlo en formato físico, pese a que el formato físico está muerto, hay un problema. Cuando una de las mayores puntuaciones que se da a un artista para entrar en los circuitos musicales es la antigüedad y no la calidad, la proyección o el demostrar que un proyecto va a tener una repercusión nacional, ahí la administración falla. Es verdad que la administración está llena de gente de buenas intenciones, pero cambiar las leyes va a un ritmo más lento que la vida en sí.