Vive a caballo entre Portugal y Badajoz. Tomó la alternativa en 2015, en Sevilla. Lo primero que hace al despertar es mirar a sus hijos y sonreír. Sus metas a corto plazo son ser feliz y disfrutar de su gente. José Garrido, torero por la gracia de Dios, confiesa en esta entrevista que el reto es llegar al lugar que sueñas gracias al compromiso, el esfuerzo y la fe.
-¿Qué le impone más: el público, el toro o el escenario?
-Adapto mi preparación para lograr esa simbiosis que hay entre el animal y el torero, pero lo que más temo es una plaza llena de aficionados. Mucha gente va a verte y ese miedo en ocasiones supera al del toro que te puede coger y quitarte la vida.
-¿Cuál es su plaza predilecta?
-Por triunfos, por repercusión y por lo que a mí me ha dado hasta el día de hoy podría ser Bilbao. También Badajoz, mi plaza, donde me he criado taurinamente, donde he empezado a dar mis primeros pasos como torero. En Extremadura poseemos ruedos preciosos, ya no solo arquitectónicamente hablando, sino como afición y como emblema, entre ellos Olivenza. Igualmente Madrid y Sevilla son plazas muy importantes.
-¿Y en cuanto a ganaderías?
-Tenemos la suerte de tener ganaderías que son santo y seña del circuito taurino, como Jandilla, Victorino o Zalduendo.
-¿Qué es el miedo?
-El miedo es como la fe. Es la confianza en lo que no se ve. El miedo de un torero es el miedo no solamente al toro sino a muchas cosas: al fracaso, a lo que no controlas, a lo que se te escapa de las manos y, sobre todo, a llegar a un punto en el que no seas capaz de que tu mente vaya por delante de tu muleta.
-¿Y el fracaso?
-Algo que en esta profesión hay que saber digerir, y lo más importante, hay que aprender de él. No quiero decir que hay que aprender a fracasar porque si no sería un fracasado, pero sí aprender a superarlo de la mejor manera y lo antes posible para seguir evolucionando.
-¿Qué es el triunfo?
-La meta a la que llegas por el trabajo, la dedicación, el esfuerzo, que salgan las cosas como uno piensa. Y es el mayor fruto.
-¿Vive la sociedad de espaldas a los toreros o al revés?
-Creo que hay una parte de la sociedad que está en contra del toreo, que es bastante respetable, aunque hay además una gran parte de la sociedad que está a favor de la tauromaquia. El 23 de marzo en Madrid se verá en la manifestación prevista la fuerza y la energía con la que cuenta el mundo del toreo.
-¿Qué hay de un joven de 28 años de la calle en usted?
-Todo. Un torero se hace en la calle porque tiene que comenzar a edad muy temprana. A los 17 años salí de mi casa y desde entonces me he criado en este oficio que tantos valores posee.