Estudió Ciencias del Deporte, pero mucho antes, en el colegio San Francisco y de la mano de su hermana, empezó con 9 años en un equipo de fútbol femenino. Estuvo en varios clubs y luego fundó el Femenino Cáceres. Ha sido la primera mujer miembro de la Comisión Delegada de la Federación Española de Fútbol, una modalidad que le apasiona, a la que se dedica en cuerpo y alma y desde la que lucha por la igualdad.

-¿De pequeña quién quería ser?

-En esa época no teníamos referencias femeninas de jugadoras de fútbol, solo masculinas. Me gustaba Zidane, del Madrid.

-Que Alexia Putellas ganara el Balón de Oro es el ejemplo claro de cómo sus éxitos y el de otras grandes jugadoras las están convirtiendo en el espejo para miles de niñas que empiezan a jugar.

-Para el fútbol femenino y el fútbol español es un orgullo tener una referencia mundial. Siempre se lo digo a las niñas que entrenan, que algún día pueden, como Alexia, jugar en Primera y vivir de esto. Hace muchos años no podíamos ni soñarlo.

-El número de licencias de jugadoras de fútbol está creciendo mucho. Cada vez hay más equipos femeninos, pero todavía se mantienen diferencias abismales con los clubs masculinos, también en instalaciones, horarios... ¿Qué falta para la igualdad?

-La brecha va siendo más pequeña, pero aún así seguimos trabajando y debemos continuar mostrando lo que hemos conseguido. Pero estamos en el camino de la igualdad. He visto crecer el fútbol femenino y hace diez años esto era impensable.  

-Lleva toda la vida de jugadora y ahora de entrenadora. ¿Ha notado una evolución en el trato del público, quizás es más respetuoso actualmente y se oyen en la grada menos comentarios machistas?

-Ha habido una gran evolución. Desgraciadamente todavía seguimos escuchando algunas cosas, aunque son puntuales. Confío en que se erradique. El público se va concienciando, hay más personas, más normalidad. El fútbol femenino crece, cada vez hay más niñas, más familiares y por ahí se empieza. 

-¿Las nuevas generaciones del vestuario son conscientes de lo que ha costado llegar hasta aquí?

-No. Y es normal porque las nuevas generaciones han nacido en una sociedad más normalizada en cuanto al fútbol femenino. Como lo ven en su día a día, es casi lógico que no tengan interiorizado lo que ha costado. Eso lo sabemos las que hemos iniciado ese camino. Les pongo este ejemplo cuando las niñas que entreno ya juegan en instalaciones de césped bueno, que tienen más recursos, más material y mejores entrenadoras y entrenadores, les digo que lo disfruten, que piensen que no ha sido siempre así, que lo luchen, valoren y que sigan luchando.

-¿Cuál es su labor en la Federación Española de Fútbol?

-Es una alegría, me vino por sorpresa. Soy una extremeña que le apasiona el fútbol, que siempre ha vivido por y para él. Es un motivo de felicidad ser la primera mujer aquí. Adoptamos decisiones en torno a reglamentos. Estoy orgullosa y encantada.  

-¿Qué le queda por hacer en el fútbol? ¿qué desafíos tiene?

-Seguir trabajando como entrenadora, coger mucha experiencia. ¿Y un sueño? Entrenar a un club de Primera División.