De sus primeras clases en el Madre Matilde de Plasencia pasó al Instituto Valle del Jerte donde cursó Bachillerato. Ella tenía claro que quería estudiar Psicología y se marchó a Salamanca. Obtuvo la tercera plaza del PIR en toda España y se convirtió en psicóloga clínica. Ahora trabaja en el centro de salud de Illescas, en Toledo. Hoy, María Sánchez ofrece las claves para transitar por la vida con lo bueno y con lo malo que esta nos da.

-¿Ir al psicólogo está dejando de ser un tabú?

-Vamos por el buen camino pero todavía hay reticencias a decir que uno va al psicólogo, pero es cierto que las nuevas generaciones lo van superando y hablando de ello con mayor naturalidad. Por ejemplo, en la consulta, cuando una persona viene al psicólogo y ese paciente te pide un justificante, muchas veces te pregunta: ‘¿Oiga, aquí no pondrá que es la consulta de psicología a la que he acudido?’. Parece que hay cierto miedo todavía a que el entorno conozca que se está sometiendo a un tratamiento psicológico cuando eso es cuidar la propia salud.

- ¿Con qué problemas llegan los pacientes?

-Vemos duelos en relación al coronavirus. Hay duelos que se complican especialmente porque la situación de confinamiento no ha permitido en muchas ocasiones que las personas celebren los rituales. Bastantes nos cuentan que de un día para otro su familiar se ha ido, que no pudieron siquiera despedirse de ellos. Son factores que se van sumando al dolor y que lo convierten en más traumático. De hecho, se han realizado grupos de pacientes afectados por las consecuencias del covid porque la psicoterapia funciona en la sanidad pública.

 -¿Y cómo superar un duelo?

-El problema no viene de sufrir sino de que no toleramos estar sufriendo o no toleramos el sufrimiento y nos juzgamos. Queremos estar al cien por cien. Las personas se exigen y no soportan la tristeza cuando son emociones que hay que transitar. Ese llanto, al final te repara. Hay duelos patológicos pero un duelo en líneas generales conlleva esas situaciones de pena, de quererse ir en alguna ocasión con la persona fallecida...

-¿Llorar alivia?

-Sí. Es muy sano. Hay gente que llega a consulta con un problema y ves un grado de conexión tremendo. Hasta el punto de que a lo mejor te están contando algo con un contenido emocional impresionante y lo están haciendo con el mismo tono que te pueden decir cualquier cosa. Por eso llorar es sano.

-¿En qué se diferencia una emoción de un sentimiento?

-La emoción es la respuesta rápida: la ira, el enfado, la alegría... El sentimiento tiene que ver con la interpretación subjetiva que la persona hace de esa emoción. O sea, que la emoción es más primaria, temperamental y básica, propia de una reacción fisiológica, y el sentimiento es algo más interpretativo.

-¿Hay relaciones tóxicas o personas tóxicas?

-Ninguna de las dos cosas. No me muevo en esos términos. Sí hay relaciones de pareja que alcanzan un grado de disfuncionalidad muy elevado, vemos mucha violencia de género por desgracia, relaciones donde el control está a la orden del día... 

-¿Los polos opuestos se atraen o cuanto más lejos mejor?

-Es más bien mito.