Un grupo de exalumnos del colegio El Pilar de los maristas de Vigo ha denunciado haber sufrido abusos sexuales y físicos de manera continuada en los años 60 por parte de al menos cuatro religiosos. El centro ha confirmado esta mañana que ha abierto una investigación al respecto, ha condenado los hechos y ha afirmado que se pone a disposición de las víctimas.

“Lo tengo metido dentro desde la infancia, ha sido un peso toda la vida y quiero liberarme, hacerlo público antes de no estar aquí”, ha confesado a El País uno de los Javier Álvarez-Blázquez, de 67 años. “Los abusos estaban institucionalizados, la mayor parte de los niños los sufríamos, estos cuatro profesores eran auténticos depredadores, en un ambiente sórdido y cuartelario, con una violencia habitual y sádica; ese colegio era una organización pederasta”.

Según publica el diario, las acusaciones van dirigidas contra cuatro miembros de la congregación religiosa, todos ellos ya fallecidos. Se trata del director del centro entre 1964 y 1969, Agustín Antón del Cueto, que tenía el nombre religioso de hermano Pablo; el hermano Luis, llamado 'El Chosco'; el hermano Castañón; y el hermano Miguel, muy conocido en la ciudad fue uno de los fundadores, en 1969, del histórico equipo de voleibol Club Vigo.

En el relato de las víctimas, de entre siete y 12 años cuando ocurrieron los hechos, se habla con gran detalle de abusos sexuales, y de castigos físicos de gran dureza, como el uso de un látigo en clase o la organización de 'juegos' que consistían en un círculo de niños en el que cada uno le tenía que dar una torta al compañero que estaba a la derecha. Si el religioso consideraba que no era lo bastante fuerte, se encarga él de dárselas a los dos.

Los denunciantes aseguran que estos abusos en los años sesenta eran un secreto a voces, así como quiénes eran los religiosos pederastas. Luego, explican, se han comentado en reuniones y cenas de antiguos compañeros. “Una vez éramos cerca de 60, se preguntó a quiénes les habían agredido sexualmente y muchos levantaron la mano”, recuerda Blázquez.

En época más reciente, en 2010, otro religioso que trabajaba en el mismo colegio de Vigo fue condenado por realizar tocamientos a dos niñas de 10 y 11 años.