Después de un mes de la desaparición de Anna y Olivia, la investigación gira en torno a los momentos previos a la última vez que fue visto su padre Tomás Gimeno, principal sospechoso de un supuesto secuestro. Los investigadores están reconstruyendo todos los movimientos de Tomás Gimeno y así los investigadores podrán confirmar si, como ya sospechan, el padre pudo utilizar piedras para lastrar los cuerpos de Anna y Olivia al fondo del mar, según apunta Telecinco. La Guardia Civil investiga el tamaño de las seis maletas que el progenitor introdujo en su embarcación.

Este viernes, 4 de junio, están trabajando en la zona que grabó la cámara de seguridad a Tomás con un láser 3D que acotará toda la superficie, según ha informado Telecinco. Compararán el modelo que se cree con las imágenes y podrán saber la dimensión exacta de los bultos. 

A su vez se sigue rastreando el fondo marino con un sonar y un robot no tripulado. Se le facilitarán las medidas al equipo al mando del rastreo para que solo busquen objetos de estas dimensiones. 

El terreno submarino de la zona es muy irregular y esto facilitará mucho las cosas. Hace dos días se encontró un objeto extraño y resultó ser una bolsa de basura, con estos datos se evitarían estos casos. 

El Ángeles Alvariño "no halla nada sospechoso"

De regreso de su primera incursión en el mar fue interceptado por la Guardia Civil y propuesto para sanción por saltarse el toque de queda. Los agentes no hallaron nada sospechoso en la lancha de Tomás, puesto que a esas horas la madre aún no había denunciado la desaparición de sus hijas.

Luego, pasada la medianoche, volvió a zarpar y horas más tarde la embarcación fue localizada vacía, a la deriva y sin ancla frente al Puertito de Güímar.

A bordo del Ángeles Alvariño están siempre dos agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil, que dirige la investigación, que se van turnando cada ciertas horas, dado que la búsqueda bajo el mar se desarrolla de día y de noche.