"Mi hermano era una buena persona, tranquilo y trabajador, no se metía nunca con nadie y no se merecía lo que le han hecho", así define entre lágrimas Adán R. a su hermano, Juan Manuel R., apenas un día después de que la policía hallase su cuerpo calcinado en el interior de su coche en un bancal de La Puebla, la localidad del Campo de Cartagena donde el hombre residía junto a su madre.

El hermano de la víctima asegura que el presunto asesinato a manos de su ex y la pareja de la mujer ha sido "el peor desenlace posible" a las continuas amenazas que Juan Manuel llevaba meses recibiendo por parte de los posibles asesinos.

Las intimidaciones comenzaron hace tres meses, cuando Juan Manuel decidió dejar la relación con la que era su pareja tras descubrir una infidelidad. "Desde entonces, la nueva pareja lo llamaba continuamente para intimidarle y amenazarle de muerte", explica el hermano de la víctima.

"Le decían: vamos a quemar la casa contigo y con tu madre dentro, te vamos a quemar el coche", añade Nany García, amiga de Juan Manuel y Adán. "Mi hermano tenía miedo, pero no pensábamos que fueran capaces de acabar con su vida, pensábamos que eran celos pero que se acabarían cansando", añade el hermano de la víctima.

Esa noche, según explica su amiga, la expareja insistió a Juan Manuel para que saliera a hablar con ella. Fue hasta la puerta de su casa e insistió en que dieran un paseo. Aunque en un primer momento el chico se negó, la presunta homicida continuaba insistiendo, por este motivo, "para evitar más problemas y no montar un escándalo en la puerta de casa", accedió y se marchó en su vehículo junto a su expareja en torno a las dos de la madrugada.

"Esa fue la última vez que mi madre lo vio con vida", lamenta el hermano. Pasadas las tres de la noche, Juan Manuel llamó a otra hermana para dar aviso de que estaba en peligro. "Mi hermana solo escuchaba: me están matando, me van a matar. Y pedía ayuda. Al poco tiempo dejó de hablar y solo se escuchaban los golpes", relata Adán.

Aunque trataron de ponerse en contacto insistentemente con el chico, la familia no consiguió volver a contactar con Juan Manuel y fue la Guardia Civil la que les avisó a la mañana siguiente de su muerte.

Ahora, la familia pide "que se haga justicia y que los culpables paguen por lo que le han hecho a mi hermano". Pero aseguran que «no queremos represalias de ningún tipo, ni tenemos sed de venganza, solo queremos vivir tranquilos la pérdida de Juanma y darle sepultura lo antes posible, tras la autopsia», advierte Adán. "Mi madre está destrozada, lo que ha pasado ha sido una desgracia tremenda que nadie se podría llegar a imaginar. Con la pena que ahora tenemos, queremos pedir a todas aquellas personas que estén sufriendo acoso a manos de sus exparejas que denuncien, por favor", concluye.