Los cadáveres de dos personas de avanzada edad que eran encontrados en la mañana de este lunes en su vivienda de la huerta, en el municipio de Murcia estaban en el suelo de la casa, un habitáculo lleno de suciedad en el que se amontonaban enseres, restos de comida y animales de compañía.

La Policía Nacional ha comunicado a los allegados de los difuntos que, de momento, todas las hipótesis están abiertas. Según ha podido saber este periódico de fuentes cercanas a la investigación, los cadáveres se encontraban juntos y el de la mujer estaba desnudo.

Los cuerpos aparecieron en una vivienda ubicada en una zona de huerta de Rincón de Seca, en concreto en el Camino Funes, sobre las 11.30 de la mañana de este lunes, después de que un vecino diese la voz de alarma porque llevaba algunos días sin verlos, lo cual no era algo habitual

Cuando la Policía llegó a la casa, de planta baja, la cerradura no parecía forzada, pero de la vivienda emanaba un característico olor a descomposición. Al abrir la puerta, la Policía halló dos cadáveres: el de Juan C. Z. y el de su esposa María Isabel O. L.

Del caso se ha hecho cargo la Policía Nacional, cuya Policía Científica se movilizaba a la vivienda para inspeccionarla a fondo y tratar de esclarecer qué ha pasado.

Los restos mortales de la pareja fueron llevados al Instituto de Medicina Legal de Murcia, para que sea la autopsia la que confirme la causa del deceso.

Los cuerpos se encontraban uno al lado del otro en el suelo y no presentaban signos de violencia evidentes: ni cuchilladas ni tiros ni golpes, indican fuentes cercanas al caso. No obstante, será el informe del forense el que determine qué ha pasado.

Tres gatos y un jilguero

En la casa, tras marcharse la Policía. permanecieron varios animales de compañía: tres gatos y un jilguero. Los primeros campaban a sus anchas por el pequeño habitáculo y fueron hallados junto a los restos mortales de sus dueños. El pájaro estaba en una jaula, en el dormitorio.

En el interior de la vivienda había muchísima suciedad, un televisor muy antiguo, bolsas de plástico y restos de pan en el suelo. Vecinos del matrimonio contaron que Juan y María Isabel siempre habían rechazado la ayuda de los Servicios Sociales.

“Una muerte natural no ha sido, desde luego. Y morirse los dos a la vez... qué va. Si no estaban malos para eso”, manifestaban allegados de la pareja a este periódico.

Como no había signos de violencia, la Policía Científica se marchó al concluir la inspección y no precintó la casa. Un familiar de los difuntos, personado en el lugar, se hizo casa de la vivienda y manifestó a LA OPINIÓN su intención de poner un cerrojo nuevo.