El relato de la compañera de piso de la primera víctima mortal del presunto asesino de Marta Calvo ha obligado a suspender durante un momento el interrogatorio por la emoción de la testigo y su estado de angustia al narrar lo hechos que vivió. La joven ha explicado que tras acceder a la habitación Jorge Ignacio P.J. y Arliene (Elena, en los anuncios) las compañeras comenzaron a preocuparse al ver que pasaba el tiempo y no salían.

“Cuando vemos que se acaba el tiempo, tocamos a la puerta. Cuando pasó la hora, fui a la puerta de entrada y vi que la puerta de la calle estaba abierta”. “Me pareció muy raro”, confiesa la testigo. “Empecé a llamar a Elena, pero ella no respondía. El pasillo era muy largo, según iba por el pasillo, sabía que algo había pasado”.

La angustia se apoderó entonces de la joven y del resto de inquilinas del piso de Cánovas. "Empecé a avanzar por el pasillo. Sabía que algo pasaba. No era normal que no me contestase. La puerta estaba entreabierta y todo oscuro”. Entre lágrimas, la testigo explica que entonces decidió asomarse a la habitación y fue consciente de lo que había ocurrido: “Entré un poco. Ella estaba tirada, pensé que le había cortado el cuello”. “No tuve el valor de entrar. Empecé a gritar y llamé a su amiga. Estaba convulsionando”, subraya.

El relato de la primera testigo de este jueves en el juicio contra la muerte de Marta Calvo continúa: “Qué te hizo que te hizo... pero no contestaba. Quería hablar, pero no podía”.

“Murió convulsionando en mis brazos”

Tras el hallazgo, la compañeras de piso de Arliene, según el testimonio, decidieron avisar inmediatamente a los servicios de urgencia. “Mi instinto era bajarla lo más rápido posible, para coger un taxi y no esperar a la ambulancia. En el patio, me di cuenta de que estaba muerta”. “Paramos en el patio y yo salí a la calle. Paré un taxi y le pedí ayuda. Me contestó que no, que él no quería problemas. En ese momento apareció una ambulancia, la que había llamado la otra chica”, relata la testigo. “Se la llevaron y se llenó de policías aquello. La última vez que recuerdo que convulsionó fue en mis brazos, a la salida del piso”.