El dueño de un bar de Palma ha sido detenido por grabar durante años a cientos de clientas en el baño del local con una cámara oculta escondida en una falsa botella de agua. La Policía ha identificado por el momento a 38 mujeres diferentes en las imágenes incautadas al acusado, un español de 42 años, pero sigue analizando los más de 5.000 vídeos intervenidos. Los investigadores no han encontrado evidencias de que el hombre difundiera las grabaciones, por lo que de momento solo se le imputan delitos contra la intimidad. Tras su arresto el pasado martes, quedó en libertad por orden judicial. 

La investigación se inició cuando una clienta del bar, situado entre la calle Aragó y el Parc de ses Estacions, descubrió junto al inodoro del baño de mujeres una botella con la cámara escondida. Acudió a la Policía con el aparato y explicó que ya en 2020 había encontrado otro igual en el mismo establecimiento. En aquella ocasión optó por destruirlo, según contó a los agentes.

Los policías comprobaron que se trataba de una cámara de activación por movimiento y analizaron la tarjeta de memoria que había en ella. Encontraron más de cien archivos en los que aparecían 38 mujeres diferentes haciendo sus necesidades en el baño del bar. También se veía en ellas al sospechoso, que cada poco tiempo iba a comprobar si el aparato funcionaba correctamente.

Tras confirmar que el hombre era uno de los propietarios del establecimiento, los agentes lo detuvieron anteayer por la mañana y llevaron a cabo registros tanto en el bar como en su domicilio. En el establecimiento hallaron otras dos botellas escondidas tras la barra, una con la cámara todavía integrada. En la vivienda se incautaron de un ordenador portátil que según parece utilizaba para visionar las grabaciones ilegales, otras 44 tarjetas de memoria, la mayoría con una capacidad de 32 gigabytes. Sin tiempo para analizar todo este material, la Policía puso el mismo día por tarde al sospechoso a disposición del juzgado de instrucción número 2 de Palma, en funciones de guardia. Tras su comparecencia, el hombre fue puesto en libertad.

La agentes encargados del caso siguen trabajando para examinar el contenido de las tarjetas de memoria incautadas al propietario del bar. Los investigadores estiman que hay más de 5.000 vídeos almacenados en estos soportes, grabados durante al menos los últimos dos años. A la espera del recuento definitivo, creen que podría haber cientos de víctimas. Por el momento no hay evidencias de que el sospechoso difundiera las imágenes íntimas a otras personas.