Los gritos en la calle a altas horas de la madrugada despertaron a un vecino de la calle Navas de Tolosa, en el zaragozano barrio de Delicias. Harto por no dejarle dormir salió a la ventana a pedir silencio sin saber lo que iba a presenciar: el intento de agresión sexual a la joven que profería semejante bulla. Gracias a su actuación, fue frustrada la violación y los sospechosos detenidos.

Eran sobre las 05.40 horas del pasado sábado cuando el vecino de esta vía escuchó varios gritos como: «¡Fuera!» o «¡Déjenme!». El testigo cuando se asomó vio a un hombre besándole en la boca a la mujer, mientras el otro le tocaba el culo. Todo mientras ella estaba sentada en el suelo a la altura del número 30 de esta vía. La mujer trató de zafarse de ellos, pero no podía.

A este residente le pareció extraño lo que estaba ocurriendo y decidió sacar el móvil para empezar a grabar para entregárselo a la Policía Nacional, si bien a los pocos minutos decidió dejar de hacer eso y llamar a la sala del 091 ante la gravedad de lo que estaba aconteciendo. Desde su ventana les gritó que la dejaran tranquila, si bien, al parecer, siguieron con su agresión hasta que observaron que estaba con el móvil en el oído. Inmediatamente se marcharon a la carrera, dejándola llorando en el suelo.

El vecino se bajó a la calle a acompañarla, mientras llegaron varias patrullas de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Aragón que se trasladaron hasta el lugar. Mientras unos atendieron a la víctima, otros fueron detrás de los sospechosos.

Fueron arrestados. Calles más adelante, y gracias a la descripción ofrecida por el principal testigo de los hechos, los agentes localizaron a los dos hombres. Se trata J. L. V. S., colombiano y de 42 años, y J. A. V. R., ecuatoriano y de 70 años, fueron inmediatamente detenidos como supuestos autores de un delito de agresión sexual.

Ambos fueron trasladados hasta una zona, siendo identificados in situ por el hombre que les había visto desde lo alto de su edificio.

La mujer, que debido a su estado de ansiedad solo podía asentir con la cabeza ante las preguntas de las agentes policiales, tuvo que ser trasladada de forma inmediata al hospital Materno Infantil de la capital aragonesa, tras activarse el protocolo de agresiones sexuales. Un forense tomó muestras biológicas.

La investigación será dirigida por la magistrada titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Zaragoza, que estaba en funciones de guardia en el momento de los hechos. La grabación en el móvil, pese a su corta duración, será fundamental en la identificación.