Pocas cosas unen tanto a los vecinos de un pueblo (en este caso Medellín), como que menosprecien a su paisano más ilustre (en este caso Hernán Cortés), máxime cuando a la condición de paisano se une la de erigirse en una de las figuras más importantes de la Historia Universal, que se dice pronto.

Por eso, cuando hace unos días, el ministro de Cultura, José Guirao, dijo lo que dijo, en Medellín saltaron las alarmas de la indignación. Las palabras del ministro han explotado tanto en la línea de flotación de la sensibilidad metelinense que no solo el alcalde de la villa, el independiente Antonio Parral, ha escrito una carta de protesta a Guirao, sino que el portavoz de la oposición municipal, Valentín Pozo, del mismo partido que el ministro, el socialista, le ha reprochado su actitud.

La llama del debate prendió a finales de enero en Madrid. En un momento del acto en el que el citado ministro presentaba los planes de su departamento en el mundo, anunció que tendrá un protagonismo especial la conmemoración de los 80 años del exilio español en México al final de la guerra civil en 1939. Es entonces cuando un periodista del diario ABC pregunta por qué no había mencionado la conmemoración de los 500 años de la llegada del conquistador extremeño Hernán Cortés a México, a lo que Guirao respondió: «Es que allí [en referencia a México] ese tema es complicado».

El ministro Borrell, que acompañaba al titular de Cultura salió al quite diciendo: «Se hará algo, no lo dude, aunque fuera complicado, porque no debemos dejarlo caer en el olvido. Fue un encuentro entre dos mundos», precisó.

Como primera reacción, tanto el alcalde como el portavoz de la oposición detectan en las palabras de Borrell sinónimos de esperanza y comprensión y, de hecho, las elogian de la misma manera que repudian las de su compañero de gobierno.

Falta de formación

El presidente de la Asociación Histórica Metellinense y cronista oficial de Medellín, Tomás García, ha atribuido las palabras de Guirao a «la falta de una sólida formación histórica -no tendenciosa ni interesada- del ministro y de sus asesores; o de una visión quizás acomplejada o políticamente correcta».

Dicen que de todo, aunque sea negativo, hay que sacar lo positivo. Eso parece hacer Tomás García al afirmar, en representación de un importante número de historiadores extremeños, que «declaraciones como las del ministro dan más sentido si cabe a nuestra modesta y dignísima aportación a este 2019: la celebración de un Congreso Internacional sobre Hernán Cortés». Recordar que Medellín y Trujillo acogerán del 4 al 6 de abril este evento.

Según Tomás García, «el congreso se celebra para honrar su memoria, «porque, con independencia de las luces y sombras que arroje su biografía -como la de cualquier personaje histórico--, está fuera de duda la trascendencia de su tarea (colonizadora, conquistadora, emprendedora...), pero sobre todo la trascendencia de su legado a la modernidad».

«No es casual, por ejemplo-añade-, que en México se esté celebrando el V Centenario de fundación de la Villa Rica de la Vera Cruz,o que este mismo año México celebre no uno, sino dos congresos internacionales (Veracruz, 28 al 30 de marzo y Ciudad de México, 13-18 de agosto) paralelos al que celebraremos en Medellín». Además, Alemania ha organizado otro congreso en octubre, en Stuttgart, al están invitados varios ponentes que participan como tales en el que tendrá lugar en la región.

En segundo lugar, el congreso se celebra, explica García, «por una necesidad didáctica imperiosa: hace falta formar a la ciudadanía, y muy especialmente a las nuevas generaciones, para que superen ese secular complejo histórico de culpa, y lo hagan a través del conocimiento profundo de la biografía de Cortés -que no fue ni un héroe ni un villano, sino un hombre de su tiempo- y, sobre todo, de su legado a los siglos posteriores. Pensando en este punto y en el hecho de que España, la región y Medellín fueron conquistadas y colonizadas por varios pueblos a lo largo de su historia».

También son muchos los intelectuales que han ensalzado la figura de Hernán Cortés, entre otros desde el ya fallecido Octavio Paz hasta Martín Almagro pasando por el británico Hugh Thomas, a los que, y debido a la contrastada preparación de todos ellos, Cortés no les resulta ‘un tema complicado’.