El escritor dombenitense Antonio María Flórez acaba de publicar su nueva producción bibliográfica que no estará exenta de polémica por el escasamente conocido personaje que rescata, un artista sin par, olvidado por la oficialidad y que murió en circunstancias trágicas, un 24 de julio precisamente, de 1938 (hace 83 años).

El libro se titula “De luz y de sombra”, una muy documentada biografía sobre la vida y la obra del pintor emeritense Alfonso Trajano, afincado durante muchos años en Don Benito y Villanueva de la Serena, lugares donde creó buena parte de su obra, echando imperecederas raíces afectivas.

Flórez, más conocido como poeta y narrador, es un excelso investigador y ensayista, bastante reconocido en el exterior. En Colombia fue miembro de la Comisión Nacional de Investigación y fue becado por un proyecto sobre ‘Drogas, cultura, recreación y deporte’ por la Organización de Estados Americanos y la Agencia Española de Cooperación Internacional. 

Autor de libros emblemáticos como ‘Desplazados del Paraíso’, (Premio Nacional de Poesía ‘Ciudad de Bogotá, 2003); ‘En las fronteras del miedo’ (Finalista del Premio Nacional de Poesía del Ministerio de Cultura, 2015); así como ‘Marquetalia, tus hijos te decimos’ (2019) y ‘Cuentos de ida y vuelta’ (2020). No obstante, su obra más reconocida internacionalmente es su libro ‘El arte de escandalizar’ (2004), una biografía sobre el pintor surrealista Salvador Dalí, del cual se han vendido miles de ejemplares en Hispanoamérica.

«Alfonso Trajano era el padre de mi madre, mi abuelo. Se casó con una dama dombenitense, pero tres de sus hijos nacieron en Villanueva de la Serena, entre ellos mi madre», recalca Flórez. El escritor dice que su abuelo se caracterizó por ser «un creador multidisciplinario que incursionó en varios campos artísticos, que fue intencional e injustamente olvidado. Antonio Juez, el pintor pacense del que tanto se habla ahora, coetáneo suyo y amigo personal, destacó sus originales cualidades como pintor, fotógrafo, dibujante, viñetista, músico y actor».

Según el propio Flórez, Trajano fue asistente de Bocconi en Mérida fotografiando las piezas que se extraían del teatro romano; luego en Madrid fue visitante asiduo del café Pombo, relacionándose con la agitada vanguardia de la capital; pero sobre todo porque expuso en el Primer Salón de Otoño de 1920 con Rafael Alberti, Vásquez Díaz, Madrazo, Mélida y Hermoso, entre otros). Pronto se presentará el libro