La cosecha de arroz en la región encara su tramo final y lo hace con una ligera merma en la producción respecto al año pasado. Los productores han segado ya alrededor del 50% de su cosecha y en este momento se atreven a afirmar que este año está siendo «más corto en kilos» que el curso pasado, reconoce Jesús Manuel Calderón, agricultor de Villanueva de la Serena.

Según señalan los productores, las bajas temperaturas durante gran parte del verano han provocado que el desarrollo del cultivo haya sido más lento de lo normal, a lo que se le unió una ola de calor durante el mes de agosto en un momento clave para el desarrollo de la planta de arroz. «El arroz es un cultivo que requiere de altas temperaturas, pero esa oscilación térmica ha provocado que haya un alto porcentaje de vaneamiento en el arroz», señala Félix Liviano, presidente de la sectorial del arroz de Cooperativas Agroalimentarias de Extremadura. Liviano también apunta que el retraso en la maduración de la planta y las altas temperaturas en plena época de floración del cultivo lastraron los rendimientos finales de la campaña. «Todavía es pronto para determinar en qué porcentaje se va a producir ese descenso, pero podría rondar entre unos 200 y 500 kilos menos por hectárea», reconoce.

Las producciones medias de los últimos años, señala, vienen rondando los 8.000 y 8.500 kilos por hectárea en el arroz redondo, mientras que en el largo la media oscila entre los 7.500 y los 8.000. En este sentido, Calderón se atreve a dar porcentajes y cree que verá reducida su producción entre un 30 y un 40 por ciento respecto al año pasado. Un 2020 en el que la producción total en Extremadura alcanzó las 148.000 toneladas, un 2,1% menos que en 2019. En cuanto a hectáreas, el año pasado se sembraron en la región alrededor de 21.000, mientras que para este año se ha incrementado «muy ligeramente» esta cifra, apunta Félix Liviano. Todo ello en una campaña que arrancó con muy buenas perspectivas cuando los productores comenzaron con la siembra allá por el mes de mayo.

La siembra directa

Las buenas condiciones climatológicas durante la primavera propiciaron la apuesta, un año más, por la siembra directa, que permite a los agricultores un mejor manejo sobre las malas hierbas y un gran ahorro de agua. Además, la nascencia del cultivo también se desarrolló sin mayores problemas. Precisamente el ahorro de agua es una de las cuestiones que pone en valor este productor, quien remarca el «gran trabajo» que han hecho todos los agricultores «para llevar a buen fin nuestros cultivos». Y es que la incertidumbre en cuanto al riego era uno de los quebraderos de cabeza con el que los productores de la comarca de Vegas Altas, principal zona arrocera de Extremadura, afrontaban en el principio de la campaña. Un problema que no ha desaparecido y que «sigue estando ahí», dice Calderón, «de cara al próximo año», en el que no sabemos si podremos sembrar arroz». Por esto, y por otros factores, Calderón reclama «un precio justo» por la cosecha de este año. A falta de conocer las liquidaciones, Félix Liviano asegura en que las expectativas «son buenas», sobre todo para el arroz redondo, cuyo precio podría aumentar entre 40 y 60 euros por tonelada, ya que en otras partes de España su producción se ha reducido y este déficit de producto en el mercado nacional «será difícil de reponer con arroz exterior». En cuanto al arroz largo, Liviano también cree que el precio se verá incrementado, aunque en menor medida y con menor incidencia debido al encarecimiento de otros insumos.

El etiquetado, la batalla

Donde mayor énfasis siguen haciendo desde el sector arrocero extremeño es en la necesidad de elaborar una ley de etiquetado para el arroz con el objetivo de poder diferenciarlo con el resto de arroces que se importan desde países ajenos a la Unión Europea, principalmente asiáticos. «Debe ser el consumidor quien decida si consume un arroz de fuera, del que no conoce su trazabilidad, a un arroz nacional, que será más caro, pero del que conocerá su procedencia y trazabilidad», señala el presidente de la sectorial de Cooperativas Agroalimentarias de Extremadura. Una región, la extremeña, que se mantiene como una de las principales regiones productoras de España.