La Crónica de Badajoz

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Maestros en el arte de esquilar

Una veintena de profesionales ha participado durante esta semana en un curso formativo sobre la esquila y la clasificación de la lana. El objetivo es revalorizar y buscar una mayor profesionalización del sector lanero

Nicolás Olivera esquila a una oveja merina del centro de formación dombenitense. SAMUEL SÁNCHEZ

La esquila entendida como un arte, pero sobre todo como una oportunidad para que los ganaderos den un valor añadido a uno de esos productos tan denostados en los últimos tiempos por su bajo precio. Revalorizarla y darle la importancia que merece es lo que ha perseguido un curso especializado en optimización de rendimientos de lana que se ha llevado a cabo en el Centro de Formación del Medio Rural de Don Benito a lo largo de esta semana. Allí, productores laneros de Extremadura, Andalucía y Castilla León han asistido a las distintas jornadas que se han desarrollado a lo largo de estos días con el objetivo de revalorizar y profesionalizar el sector para ganar en calidad y competitividad en los mercados en busca de mejores precios. 

Uno de esos maestros encargados de impartir docencia ha sido Nicolás Olivera, natural de Uruguay y esquilador desde hace más de una década. Desde el pasado 15 de marzo él y su cuadrilla recorren distintos puntos de España para realizar esta labor. Ahora, en Extremadura, aprovechan para compartir sus conocimientos con los productores españoles. «Tratamos de concienciar a los ganaderos de que pueden darle un mayor valor a la lana merina y hacerles ver que pueden tener un vellón más limpio para tratar de levantar las ventas», esgrime. 

El método de esquila

Este grupo de uruguayos, lugar en el que la esquila es prácticamente un deporte nacional, emplea el método Tally hi, en el que la oveja apenas se mueve durante todo el proceso, pero siempre en una posición cómoda para el animal. «Realizamos una esquila suelta, pero su principal singularidad es que le damos las pasadas justas para sacar una buena mecha con el largo justo. Dejamos el carril, que será aprovechado el próximo año», explica brevemente. También tratan de concienciar a los productores de la importancia de un vellón bien limpio. «Este año se ha adelantado la seca de los campos, por lo que estamos viendo algunos restos de vegetales en los vellones de los animales. Eso hace que baje algo la calidad, por lo que les trasladamos a los productores que intenten darse prisa en esquilar cuando vean los campos secos», explica este profesional uruguayo, que enlazará la campaña de esquila en España con la de su país, donde finalizará en el mes de diciembre. Luego, en marzo, vuelta a empezar viajando a nuestro país. Durante la formación también han dado algunas nociones sobre cómo clasificar y acondicionar la lana como proceso previo a la industria con el fin de que a ella lleguen seleccionados los mejores vellones de la lana de la oveja, en este caso, merina.

Antonio Miguel Higuera es uno de los alumnos que ha participado en la formación. Procedente de Córdoba, este ganadero de merina negra y veterinario ha aprovechado la formación para ampliar sus conocimientos sobre una labor, la de pelar las ovejas, que conoce de toda la vida. «La selección de la lana nos puede permitir darle un valor a nuestro producto. Debemos seguir con la selección de la carne de los animales, pero también de la lana», expresa. 

Un curso “útil” para los productores

Y es que el de Higuera es solo un ejemplo de los más de 20 alumnos que han participado en esta formación del centro dombenitense. Camino Limia, colaboradora en la promoción del curso, cree que ha sido un curso «muy útil para todos los productores» y considera que la industria «tendrá que valorar un trabajo que siempre tienen que hacer ellos al adelantarles una parte del proceso». Por eso, Limia, como productora de ovino merino en la comarca de las Vegas Altas, considera importante la revalorización de este subproducto de la oveja. «En un momento dado la lana dejó de tener valor, pero poco a poco la industria lo está redescubriendo», añade. 

Un producto, el de la lana, empleado para la fabricación y elaboración de las piezas de ropa, las mantas o alfombras, e incluso como material de relleno de almohadas, asientos o tapicerías. En definitiva, un recurso que explotar por los productores extremeños de ovino, que ven en ella una nueva oportunidad para mejorar sus resultados. 

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