La implantación de edificios descarbonizados resulta fundamental para luchar contra el cambio climático, según los expertos. De ahí que muchos países estén haciendo importantes esfuerzos para aminorar todo lo posible la huella de carbono en los edificios de nueva construcción y para rebajarla en los ya construidos. La Asociación Ecómetro ha lanzado una herramienta para impulsar la descarbonización de edificios en España: el sello CO2Nulo certificará por primera vez los edificios con cero emisiones.

Conseguirán esta certificación aquellos edificios cuyo consumo de energía sea casi nulo en la fase de uso, que no dependan de ningún combustible fósil, que toda la energía que usen (electricidad) sea 100% renovable, que calculen su huella de carbono a través de la metodología ACV (análisis del ciclo de vida) y que la compensen con un programa reconocido.

Ecómetro explica que un edificio obtendrá la certificación CO2Nulo tras seguir cinco pasos:

1.Medir la huella de carbono de la construcción o rehabilitación de un edificio en sus diferentes etapas: extracción de los materiales, transporte a obra, puesta en obra y ejecución de operaciones.

2.Minimizar la huella de carbono a través de medidas relacionadas con la elección de materiales y un diseño bioclimático de máxima eficiencia energética.

3.Compensar la huella de carbono que no haya podido evitarse a través de programas de compensación reconocidos. El hecho de contaminar debe llevar un pago asociado para su compensación.

4.Electrificar el edificio o local al 100% para que no exista ninguna fuente de combustión en el edificio.

5.Conseguir energías renovables a través de producción propia en el edificio o local, o a través de un contrato con una comercializadora que garantice el suministro de energía verde.

La asociación considera que la edificación es “crucial” en la lucha contra la emergencia climática, ya que este sector es responsable del 40% de las emisiones de todo el mundo, por lo que juzga “imprescindible” contar con “herramientas transparentes, rigurosas y fiables que garanticen la descarbonización de edificios”.

Entre los edificios que ya cuentan con esta certificación CO2Nulo figuran las oficinas Triodos Bank de Málaga, y tres inmuebles de Madrid, la sede española de Greenpeace, la oficina Triple y el edificio de la cooperativa de vivienda Entrepatios. Este último inmueble compensó las 1.270 toneladas de CO2 emitidas durante la construcción con el desarrollo de tres proyectos para fomentar las energías renovables en Namibia, recuperar biodiversidad en Kenia y reforestar en España.

El presidente de Ecometro, Diego Ruiz, destacó que tras varios años de reducción de la demanda energética de los edificios el siguiente paso en la reducción de impactos del sector debe ser “incluir el enfoque del ciclo de vida en la ecuación”.

«Ya hay herramientas para evaluar las emisiones»

“A día de hoy, ya hay un marco metodológico suficientemente maduro para aplicar de forma coherente esta perspectiva en el sector de la construcción. Por otro lado, la aparición de herramientas y bases de datos de materiales permite realizar la evaluación de todas las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por un edificio. De esta forma, se puede realizar un diseño más consciente y desarrollar medidas más efectivas de descarbonización”, subrayó Ruiz.

Giorgos Tragopoulos, director de Ecómetro, apuntó que la eliminación de la huella de carbono en los edificios es “un camino de sentido único si queremos conseguir los objetivos de la descarbonización de la economía en 2050 y tener una posibilidad de quedar por debajo de 1,5ºC”, uno de los objetivos rubricados en el Acuerdo de París.

Según Tragopoulos , para lograr esa meta se hace necesario “considerar todas las etapas de un edificio, junto a toda la cadena de valor, y no solo la fase de uso. El certificado CO2Nulo ofrece esta metodología de descarbonización integral de los edificios, tanto de nueva construcción, como en rehabilitación”, añadió.

La arquitectura juega un papel muy importante para revertir la emergencia climática. En un análisis que realizó en 2018 el Ministerio para la Transición Ecológica sobre emisiones de los sectores difusos (actividades no sujetas al comercio de derechos de emisión), el transporte se situó en la primera posición con un 48%, la agricultura y la ganadería ocuparon el segundo lugar con el 17% y la edificación figuró el siguiente escalón con un 15%, justo por delante de la industria fuera del comercio de emisiones (14%).

Pero, tal y como han resaltado numerosos expertos la edificación, además de emisiones debidas a la energía consumida en la fase de uso, suma todas las derivadas del transporte de los materiales, uso de gases fluorados, residuos y fabricación de materiales. No en vano solo el cemento, el concreto y el hormigón son responsables del 8% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en el mundo, lo que supone que emiten a la atmósfera más CO2 que el combustible de avión, según el centro de estudios británico Chatham House.

La huella climática de la construcción

De tal manera que sumados el gasto energético de la fase de uso, los costes energéticos derivados de la construcción, el uso de gases fluorados, los residuos y el transporte de materiales, los edificios podrían alcanzar el 56% de las emisiones de dióxido de carbono, según un informe de la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) publicado en 2018.

Para poner en contexto ese 56% basta señalar que los coches contaminan menos de la cuarta parte: son responsables del 13% de las emisiones de CO2. Con el agravante de que un vehículo tiene una vida media útil de unos 10 años, mientras que más de la mitad de los edificios de España tienen más de 40 años y no se ajustan a ningún reglamento sobre condiciones térmicas y energéticas adecuadas para la habitabilidad. Y dado que carecen de un aislamiento térmico apropiado, son “verdaderos depredadores de energía”, según la AEMA.

El Consejo de Ministros acaba de dar un nuevo paso contra la emergencia climática con la aprobación, el pasado día 1, del Real Decreto que establece el procedimiento básico para la certificación de la eficiencia energética de los edificios. Este cambio normativo actualiza las condiciones técnicas y administrativas del proceso para la certificación energética de los edificios y responde a la adecuación de la normativa española a las nuevas necesidades y retos adquiridos para alcanzar el objetivo de descarbonización a 2050.

El Real Decreto promueve medidas de mejora de la eficiencia energética de los edificios, en línea con los objetivos del Plan Nacional de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC), que establece como objetivo a 2030 la rehabilitación de 1.200.000 viviendas reduciendo la dependencia energética y las emisiones de los edificios.

Al mismo tiempo, este cambio normativo será clave para la promoción y puesta en marcha de medidas de mejora de la eficiencia energética de los edificios, a través de las actuaciones en materia de rehabilitación de vivienda, regeneración urbana y modernización de la Administración Pública.

La aprobación de este Real Decreto amplía el parque de edificios obligados a disponer de una certificación de eficiencia energética. De esta manera, aquellas construcciones con una superficie útil total superior a 500 metros cuadrados y destinadas a usos administrativos, sanitarios, comerciales, residenciales públicos, docentes, culturales, recreativos, logísticos, hosteleros o deportivos deberán tener su Certificado de Eficiencia Energética.

Lo mismo ocurre con los edificios ocupados por una administración pública con una superficie útil total superior a 250 metros cuadrados, independientemente de la frecuencia y afluencia de público. La medida supera los mínimos exigidos por Bruselas.

A su vez, aquellos inmuebles que deban pasar obligatoriamente la Inspección Técnica del Edificio (ITE) y rehabilitaciones energéticas en los próximos años también estarán obligados a disponer de esta certificación de eficiencia energética.

Página de referencia:https://co2nulo.ecometro.org/

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