Un equipo de investigadoras e investigadores liderado por elInstitut de Ciències del Mar (ICM) de Barcelona ha desvelado el genoma de más de 500 microorganismos marinos, de los cuales más del 80% pertenecen a especies desconocidas hasta ahora. Los detalles del hallazgo, que demuestra lo limitado que es nuestro conocimiento de estos organismos en una de las zonas más remotas del planeta, el océano Ártico, se recogen en un artículo publicado esta semana en la revista Nature Microbiology.

El conocimiento de estos microorganismos es clave para entender y predecir sus respuestas a los cambios ambientales, que podrían tener un impacto significativo en la dinámica del clima, no sólo en las zonas polares, sino también en otras latitudes, ya que los microorganismos marinos son los principales impulsores de los ciclos biogeoquímicos globales.

Esto es especialmente relevante en el contexto actual de cambio global, ya que las regiones polares son muy sensibles a las variaciones climáticas. Por ejemplo, en el Ártico, el derretimiento acelerado de los glaciares, el permafrost –la capa de suelo permanentemente congelada- y los cambios en la extensión del grosor del hielo marino provocan cambios ambientales con un fuerte impacto en los ecosistemas y las sociedades locales.

«Para mejorar el conocimiento sobre los impactos del cambio climático en el ecosistema del Ártico se requiere conocer los principales actores microbianos, su dinámica, sus patrones de actividad y su potencial metabólico», explica la investigadora del ICM y autora principal del estudio Silvia G. Acinas, que subraya que hasta ahora nadie había evaluado con tanto detalle la diversidad microbiana de las regiones oceánicas del Ártico.

Para el desarrollo del trabajo, el equipo investigador analizó muestras de agua de mar recogidas durante la expedición Tara Oceans Polar Circle, el último muestreo de la expedición Tara Oceans (2009-2013), que recorrió varias regiones oceánicas árticas a través de diferentes áreas marinas protegidas durante siete meses.

Marta Royo Llonch, también investigadora del ICM y primera autora del estudio, señala que “la posibilidad de reconstruir genoma microbiano a partir del ADN de las comunidades microbianas gracias a unas herramientas de bioinformática y de secuenciación mejoradas, junto a la existencia de protocolos estandarizados de muestreo de plancton, nos ha permitido obtener el conjunto de datos más completo de genomas procariotas no cultivados hasta la fecha. Lo hemos denominado Catálogo de MAGs (Metagenome Assembled Genomes) del Ártico».

Microorganismos únicos y versátiles

Otro punto a destacar de la investigación es que sugiere que hay muchas especies que son exclusivas de las zonas polares y presentan una distribución de hábitat restringida en el océano Ártico, especialmente en aguas más profundas.

«Hemos identificado genomas de bacterias y arqueas clave exclusivos de los océanos polares y, específicamente, del Ártico, que son los más activos en términos de expresión génica y, por lo tanto, deben de ejercer un rol importante en los ciclos biogeoquímicos de este ecosistema. Por este motivo, estos microorganismos deberían servir de base de referencia para la futura monitorización del estado del océano Ártico», afirma el investigador del ICM Pablo Sánchez, otro de los autores del trabajo.

Entre los cientos de microorganismos cuyo genoma ha sido descrito en este catálogo, se encuentran aquellos con una gran versatilidad metabólica y que son mixótrofos, es decir, utilizan diferentes fuentes de energía y carbono para funcionar, ya sea como autótrofos o heterótrofos. Según los autores, estas características pueden dotar a los microorganismos del Ártico de una mayor resiliencia, permitiéndoles ello responder mejor a los cambios ambientales.

Por ello, concluyen los autores, “los estudios futuros deberían centrarse en el seguimiento de estas especies, ya que algunas de ellas podrían ser más susceptibles a los efectos del cambio climático debido a su distribución restringida, lo que ayudaría a comprender mejor en qué estado de conservación se encuentra el océano Ártico”.

Artículo de referencia: https://www.nature.com/articles/s41564-021-00979-9