El café es una de las bebidas más consumidas y comercializadas del mundo, que se obtiene de la emulsión de los granos tostados y molidos de la planta del cafeto. Ese alto consumo se debe no solo al placer de su degustación, sino también a sus propiedades psicoativas procedentes de su alto contenido en cafeína. De hecho, este elevado paladeo supone que en España se arrojan a la basura 150 kilos de restos del café (posos y cascarillas) al año, según un estudio de la revista Consumer, y 2.000 toneladas en el planeta.

Sin embargo, estos despojos tienen una segunda vida, si sabes qué hacer con ellos y, además, evitamos convertirlos en contaminantes. Por ejemplo, ¿sabías que son un eficaz repelente de insectos? ¿O que puedes hidratarte las manos con ellos, que elimina los malos olores y son un inhibidor perfecto del polvo y las cenizas de las chimeneas? Además de un excelente abono para tus plantas.

Algunos usos útiles de los sedientos del café

Limpia las sartenes y ollas con café: como los posos son granulosos y contienen propiedades abrasivas, resulta muy útiles para limpiar el fondo de las sartenes y las cacerolas, siempre que no sean antiadherentes. Sólo has de añadir las sobras y frotar con un estropajo.

Para la chimenea: antes de barrer las cenizas, cúbrelas con los restos del café mojados. Así se disminuye el polvo y se controlan las cenizas.

Olores en la nevera: Pon en un cuenco los sedimentos e introdúcelo en la nevera. Estos restos se encargarán de absorber los malos olores del frigorífico. Además, si añades limón en rodajas se convertirán en un estupendo ambientador natural.

Hidrata y exfolia la piel: Aunque no te lo creas, algunos fabricantes de cosméticos conocen esta propiedad de los posos del café y ya los han incorporado a sus productos. Pero si los quieres caseros sólo has de mezclar los restos con aceite de oliva y sal, y efectuar con ella movimientos circulares sobre tu piel.

Repelente de insectos: Si a tu mascota le atacan las pulgas o las garrapatas, frótala con las sobras del café húmedo y, después, báñala. Además de acabar con las plagas, también eliminaras malos olores.

Olores en las tuberías: No se trata de arrojar los sedimentos del café por el desagüe. No es recomendable; causarías atascos en los codos. De lo que se trata es de calentar los posos en dos litros de agua, añadir el zumo de un limón y verter el contenido (previamente colado) por el aliviadero.