Aprovechando las vacaciones de verano, muchas personas deciden realizar viajes incluso fuera de España para visitar lugares que nunca habían visitado. El problema llega cuando nos centramos en el apartado económico, ya que seguramente sepas que los precios están por las nubes.

Claro que puede que tú no tengas la opción de gastarte un mucho dinero para salir unos días del país, de manera que tienes que buscar ofertas que puedas permitirte.

Por ello, te presentamos las ciudades más baratas de Europa para viajar.

Bucarest

La capital de Rumanía, situada al sur del país, en la que te encontrarás un centro urbano (Ciudad Vieja) acogedor, las típicas edificaciones de la época comunista, iglesias de estilo bizantino y lugares tan imponentes como el Palacio del Parlamento. Es una ciudad económicamente asequible, tanto de transporte como de gastronomía.

Varsovia

Viajar a Varsovia suele estar al alcance de muchas personas, al igual que a Cracovia. En el caso de la capital polaca, resurgió de sus cenizas tras la Segunda Guerra Mundial y los años al otro lado del Telón de Acero. Allí se pueden visitar monumentos de estilos arquitectónicos, de su centro histórico, así como de la Catedral de San Juan y el Parque Lazienki.

Sofía

La capital de Bulgaria cuenta con más de dos mil años de historia y eso lo notarás en sus calles y sus gentes. Destaca, además de sus baratos precios, su nutrida vida cultural y lugares como la Galería de Arte de Sofía (gratuita), la Catedral de Alexander Nevski y el parque Borisova Gradina.

Tirana

Es la capital y mayor ciudad de Albania. Se encuentra en el centro occidental del país rodeado de colinas con la montaña Dajti en el este y un valle ligero que se abre en el noroeste con vistas al mar Adriático en la distancia. Con una población aproximada de 800 000 habitantes, es una de las ciudades más grandes de la península balcánica.

Belgrado

Belgrado es una de las ciudades más baratas de Europa, al tiempo que cuenta con grandes atractivos. Es necesario destacar el Kalemegdan (la fortaleza) y la Iglesia de San Sava, dos de los lugares más famosos de la ciudad que bajo ninguna condición te puedes perder. Y si te apetece un rollo más bohemio, acércate a la calle de Skardarlija, que te transmitirá paz y tranquilidad.