Las altas temperaturas también llevan consigo esos molestos insectos que invaden nuestros hogares y nuestros espacios vitales. Una vez que abrimos las ventanas por ellas se cuelan mosquitos, moscas, abejas, avispas… y de los rincones aparecen arañas, hormigas, cucarachas… Estos molestos invasores se multiplican si nuestro hogar se ubica en zonas ajardinadas o en plena naturaleza.

En la mayoría de los casos, estos okupas no dañan al ser humano, pero sí fastidian y, sobre todo, le apasionan nuestros alimentos. Acabar con estos intrusos resulta fácil. En el supermercado existen numerosos productos químicos para acabar con estos insectos, pero también los hay caseros.

Algunos remedios

Entre los remedios naturales para ahuyentar a los insectos voladores y que ya se utilizaban en siglos pasados cabe destacar una simple media luna de red muy fina que ponemos encima de la fruta. Así los mosquitos no entrarán. Es un poco el concepto de la mosquitera que ponemos en las ventanas.

Luego están los nuevos remedios de alta tecnología. Como los aerosoles u otras herramientas insecticidas. Los mosquitos se sienten atraídos por la fruta porque empieza a oler fuertemente cuando hace calor. Es este olor el que atrae a los mosquitos.

Como los mosquitos son atraídos por los olores fuertes, es necesario añadir una alternativa con un olor más fuerte. Por ello, vertemos el vino tinto en un cuenco o vaso de café. Cúbrelo con film transparente y luego hazle agujeros con un palillo.

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De este modo, el olor del vino tinto se sobrepondrá al de nuestra fruta y los mosquitos la dejarán en paz y se concentrarán en el vino. Así que también podemos utilizar el vino contra los molestos mosquitos que adoran nuestra fruta.

De mayor o menor eficacia, de la sabiduría popular hemos heredado una serie de remedios caseros que prometen mantener a los mosquitos a raya. Al incienso y a las velas y plantas aromáticas, como la lavanda, el romero, la citronela o la albahaca, se les atribuye la capacidad de ahuyentarlos. También al vinagre. Por su fuerte olor, un vaso colocado en una habitación bastaría para que no se acerquen.