Hay personas que solo se maquillan para ocasiones especiales, mientras que otras lo hacen diariamente. Coloretes, lápiz de cejas, pintalabios... todo es fácil hasta que llega la hora de hacer el eyeliner. Si no estás acostumbrado, es normal que al principio te cueste acostumbrarte y termines desmaquillándote porque las líneas te queden asimétricas, torcidas o empeorando tu imagen.
Por ello, queremos intentar facilitarte el proceso. A continuación, te daremos tres trucos para conseguir el eyeliner perfecto, aunque cierto es, que es cuestión de práctica, de borrar y de rehacer una y otra vez. Llegará un punto en el lo domines al primer o segundo intento.
Hacerlo despacio
Aunque parezca una tontería, al principio, muchas personas prefieren hacerlo rápido y con un único trazo, lo cual, si no tienes experiencia, es difícil de lograr. Sin embargo, al principio no va a ser posible a no ser que quieras dejarte el ojo hecho un desastre. Por lo tanto, intenta tomar una postura cómoda, para que el pulso no te tiemble demasiado, y ponte manos a la obra.
Realiza siempre trazos cortos
Lo mejor es ir realizando trazos cortos. En primer lugar tienes que marcar el «rabito» en el ojo solo lo justo y necesario para que se intuya una suave línea ligeramente en diagonal. Es muy importante que no tenses la piel del exterior del ojo. Luego deberás dibujar el «triángulo» que marcará el extremo de tu ojo, y poco a poco ir rellenándolo con trozos cortos para unirlo hasta el lagrimal.
Sigue la línea del párpado de abajo
Seguir la línea del párpado de abajo para realizar el de arriba nos permitirá lograr que el ángulo se adecue mejor a tu ojo. Deja los dos ojos abiertos y pinta poco a poco y con trazos cortos siguiendo la línea que marca el párpado inferior.