Las tareas domésticas son una labor tan necesaria como importante y para ello, es necesario comprar herramientas que nos ayuden a realizar un buen trabajo. Lo cierto es que la limpieza de los hogares ha ido evolucionando desde que siglos atrás se limpiaban los suelos arrodillados y a mano.

En el siglo XX, llegaron las aspiradoras y los robots de limpieza, cada vez más sofisticados, más potentes y con más accesorios. El desarrollo tecnológico también se ha potenciado de manera significativa en este ámbito, por lo que cada vez, los productos estarán más avanzados y realizarán mejor sus funciones.

Sin embargo, también hay trucos que te permitirá multiplicar la eficacia de, por ejemplo, tu aspiradora y limpiar hasta lo más recóndito de la casa sin invertir en un aparato más potente ni en nuevos accesorios.

El truco

Uno de los trucos más sencillos está relacionado con un utensilio barato: un rollo de papel higiénico o de cocina. Solo tienes que chafar el rollo y darle la forma de los rincones (es decir, doblarlo por la mitad) y colocarlo en el extremo del tubo de la aspiradora, uniéndolo con cinta americana o adhesiva y aspirando esas esquinas.

Por otro lado, si te interesa aspirar rendijas como las del teclado de un ordenador, por ejemplo, basta con que coloques una tapa de plástico o cartón fino al tubo de la aspiradora a la que previamente le habrás hecho un agujero circular con un cilindro pequeño si se trata de un cartón o con un mechero si la tapa es de plástico. Así podrás aspirar más fácilmente en los huecos sin que se arranquen las teclas por la fuerza succionadora del aspirador.