¿Tienes mala mano para las plantas, pero, en cambio, se te da bien la decoración? La solución es fácil. Combina tu maña con plantas artificiales realistas. No sufrirás por ellas y mostrarás un hogar bonito y acogedor.

Además, destierra de tu pensamiento el concepto de fealdad porque las plantas y flores de ahora son tan realistas que parecen naturales, pero con la ventaja de no necesitar ni agua, ni sustrato, ni fertilizantes ni ningún otro tipo de cuidado; y se pueden colocar fuera y dentro de la vivienda sin temor. No huelen, pero sí aportan un toque exquisito y si aplicas tus habilidades, las plantas artificiales realistas son perfectas para mostrar el cambio de estaciones seleccionando aquellas más apropiadas para cada momento del año.

La calidad de este elemento decorativo se ha elevado en los últimos años hasta el punto que muchas cuentan con unos detalles que te harán dudar sobre si son reales o no. Los fabricantes también han incrementado la diversidad y en las tiendas encontrarás una gran variedad de modelos y de tamaños perfectas para cualquier estancia de la casa.

Esta naturalidad permite que las plantas artificiales realistas den un toque natural y sencillo a los recintos de tu hogar creando un ambiente acogedor y cómo olvidándote de su mantenimiento, tal solo pasarle un trapo húmedo para eliminar el polvo.

Tu maestría

Una vez elegidas para plantas artificiales realistas ya depende de ti sacarles el máximo partido. Por ejemplo, para hacerlas más reales te recomendamos añadirles otros elementos como piedras, musgo artificial u hojas. Con estas aportaciones contribuirás a engañar al ojo para que perciba realidad.

Si le añades otras piezas como maceteros de cerámicas o floreros de cristal, el conjunto perfeccionará la belleza de hogar.

El mantenimiento

Si es cierto que las plantas artificiales realistas no necesitan un mantenimiento diario, pero sí una limpieza para que recuperen su esplendor.

¿Cómo hacerlo? Coge una bolsa e introduce una buena cantidad de sal gruesa o sal fina, y meteremos nuestra planta. Agita con energía la bolsa entre uno y dos minutos, con cuidado, verás como atrapará gran parte de suciedad. Seguidamente abre la bolsa, pon la planta boca abajo y agítala hasta retirar la sal.